Si alguien le pregunta cuándo fue la última vez que le dedicó tanto tiempo a observar tan fijamente el firmamento, la verdad es que tendría que dejar a su memoria volar hasta llegar a los recuerdos de su niñez.
Observar las estrellas con su padre era su pasatiempo favorito. Su mayor reto era lograr encontrar una estrella fugaz antes de que él lo hiciera, pero incluso si perdía, él le permitía robarse sus deseos.
Desde muy pequeña había soñado con ser una gran modelo; por ello, cada estrella y cada deseo que robaba los utilizaba para pedir que ese sueño se hiciera realidad. Ilusa, tal vez debió desear más tiempo junto a él en lugar de perder tantas oportunidades en deseos absurdos.
—Mierda… —masculla.
Y es que, en el momento en que se levanta de la tumbona, lo hace con un movimiento brusco y rápido que termina por producir un pulsante palpitar en su cabeza.
—Mmm —se queja mientras lleva sus manos a la cabeza. No sabe decir qué es peor, si el punzante dolor, el mareo o el pitido que com