El mensaje anónimo ardía en sus pantallas, una advertencia y un salvavidas al mismo tiempo.
Valeria fue la primera en reaccionar. Su respuesta al administrador fue un modelo de profesionalidad: "Dra. Mendoza y Dr. Quiroga confirman su participación en la cirugía de los gemelos López esta tarde. Agradecemos a la Fundación Corazón de Fénix su confianza. Nos prepararemos para brindar el mejor resultado."
Apagó el teléfono y miró a Marco. A su lado, lo abrazó y besó fugazmente, un gesto rápido que sellaba su alianza antes de la tormenta que se avecinaba. —No estamos solos—murmuró, más para sí misma que para Marco—. Pero eso no cambia el hecho de que tenemos una cirugía en unas horas y un saboteador suelto. —Tenemos que mover una ficha—dijo Marco, con los ojos fijos en el suyo, brillando con una luz nueva, de determinación fría—. No podemos entrar a ese quirófano a la defensiva. Tenemos que sacudir el tablero primero. Al separarse, se vistieron en silencio y rápidamente pero la realidad d