El Jardín de las Hespérides
Isa Belmonte
El otoño tiñó de oro y carmesí los jardines de nuestra casa, y con él llegó una nueva especie de calma. No la tregua vigilante de antes, sino una paz más profunda, enraizada en la certeza de haber enfrentado y domeñado los últimos fantasmas de nuestro pasado. La absorción de Bodegas Rossi había sido la última pieza en el complejo mosaico de nuestro poder, sellando una herida generacional con la frialdad de un contrato legal.
Mario, ahora no solo un líder temido sino un visionario respetado, dedicaba sus energías a expandir el imperio legítimo de la corporación. El complejo de Bermuda, bautizado “Colombo Azure”, se había convertido en el estándar de lujo y exclusividad a nivel mundial. Mi papel en su éxito me había ganado un lugar indiscutible en la mesa de dirección, no como la esposa de Mario, sino como Isabella Belmonte Colombo, vicepresidenta Ejecutiva.
En casa, nuestros hijos crecían como dos pequeños testamentos de nuestra resiliencia. Ele