El Juego del Zorro
Isa Belmonte
El rocío de la mañana aún brillaba sobre el césped cuando Ana irrumpió en el desayuno con la furia contenida de una tormenta a punto de estallar. Su tableta golpeó la mesa de roble con un crujido seco que hizo que Elena, sentada en su trona, dejara caer su cuchara de mango plateado.
—Otro — anunció Ana, su voz un filo de acero. —Anoche. Almacén de componentes electrónicos en Milán. El mismo modus operandi. Limpio, rápido, selectivo.
Mario, que estaba dando de comer a Alessandro un puré de pera, no levantó la vista. —¿Pérdidas?
—Significativas. Sensores de fibra óptica de última generación. El tipo de cosa que se usa en sistemas de seguridad de alto nivel o... en armamento guiado.
Esta vez, mi tenedor se detuvo a medio camino hacia mi boca. No eran simples robos. Era una escalada.
—¿Seguimiento? — preguntó Mario, limpiando suavemente la barbilla de Alessandro con una servilleta.
Ana soltó un gruñido de frustración. —Se desvanecieron. Como fantasmas. Nue