Controles
Isa Belmonte
Despierto envuelta en las sábanas, el calor corporal de mi esposo me hace sonreír, lo abrazo con más fuerza y deposito un beso en su hombro, lo siento moverse y me hago la dormida.
–Buenos días mi reina – me besa en la cabeza logrando que sonría de nuevo.
–Buenos días mi amor – respondo aún con los ojos cerrados, vuelve a besar mi frente y se posiciona sobre mi cuerpo llenándome el rostro de sus besos.
Me provoca cosquillas, rodeo su cuello con mis brazos, lo miro a los ojos y solo puedo ver admiración en ellos, detallo sus facciones, sus cejas espesas, sus pestañas largas y ligeramente curvadas, la barba que empieza a crecer y picar al contacto con mi mano, sus labios carnosos, apetecibles, su nariz recta, perfecta, acaricio su cabello sedoso y ya largo para lo que él acostumbra.
–Necesitas un corte y rasurarte – le digo jugando con los risos que no terminan de formarse.
–Iré con el hermano de Tanya más tarde – dice volviendo a crear una lluvia de besos por tod