Negocios
Isa Belmonte
Las luces brillantes atrapan mi atención durante todo el trayecto del hangar hacía el hotel en donde nos quedaremos durante estos días, intento bajar el vidrio del auto y mi esposo no me lo permite.
Es raro decirle así, hace menos de tres meses ni siquiera sabía de su existencia, ahora estamos casados, de luna de miel en japón y realmente enamorados, es increíble como da vueltas la vida.
–Cuando lleguemos al hotel nos registraremos, subiremos a la habitación y te quedarás ahí hasta que regrese, ¿entendido? – giro mi rostro inmediatamente a él que no deja de ver su tableta.
–¿A dónde irás? – pregunto entre curiosa y angustiada, no quiero quedarme sola en un país que no conozco y cuyo idioma no domino.
–Tengo asuntos que atender y tu presencia no es necesaria en el lugar que debo visitar.
–Supongo que se trata de algo sobre los negocios de los que no me quieres hablar – tanteo terreno, el auto se detiene.
–Así es, y aunque acepté que te involucres, será de a poco