Capítulo 7.
El murmullo en la sala era un eco lejano. Todo lo que había planeado, todo lo que había soñado para este día, parecía tambalearse bajo mis pies. Minutos antes, yo me había regodeado en la idea de humillar a Javier y a su familia. Los había visto en primera fila, petrificados, incapaces de ocultar el veneno que les hervía en la sangre. Me sentí dueña de la partida, convencida de que mi plan había funcionado.
Pero entonces… la verdad me golpeó como una bofetada.
Nicolás. El hombre con el que iba a casarme. Mi supuesto aliado, mi carta para la venganza… era hermano de Javier. Hermano.
El ex marido que me destrozó la vida, con el que compartí tres años de dolor, resultaba tener un hermano del que jamás me habían hablado. Y lo peor: mi padre lo sabía. Mi propio padre lo había criado y me lo ocultó.
Cada paso que daba por la alfombra se sentía como caminar sobre vidrios rotos. El vestido pesaba, no por la seda ni por las joyas, sino por el peso de esa revelación. Mi pecho ardía, mi estómago