Capítulo 39.
POV– JAVIER.
El sonido metálico de las rejas siempre había sido mi pesadilla. Ese chirrido oxidado que se repetía cada mañana y cada noche, recordándome que estaba enterrado vivo, que el tiempo pasaba sin mí y que mi vida se pudría entre estas paredes.
Pero ese día, algo era distinto. Había un murmullo extraño, un rumor que corría entre pasillos, como un viento inquieto cargado de electricidad. Lo sentía en los guardias que caminaban nerviosos, en los presos que intercambiaban miradas cómplices. El aire olía distinto: a pólvora contenida, a sangre a punto de derramarse.
Sabía que había llegado el momento.
Me senté en mi catre de hierro, intentando controlar la respiración. Las paredes húmedas parecían acercarse, como si la celda entera quisiera aplastarme. Había soñado tantas veces con la libertad que me costaba creer que era real. Pero mi padre había cumplido su palabra. Sus contactos, esa red oscura que yo apenas comenzaba a conocer, habían tejido todo para que yo saliera.
No sería