VALERIA RIZZO
Despierto y me doy cuenta de que mi marido ya se levantó. La cama está completamente vacía. Hoy, lo primero que quiero hacer es ver a Antonia; necesito que me diga cuál es su plan. La verdad, no quiero que Lucas sufra, así que es mejor que mi amiga sea clara y directa.
Me doy una ducha rápida y me arreglo. Al bajar, encuentro a ambos tomando café, pero Lucas se ve fatal.
—Buenos días —me acerco a mi esposo, dejando un casto beso en sus labios.
—Buenos días, amor —amo cuando me llama de esa forma.
Me acerco a Lucas y dejo un beso en su mejilla.
—Te ves fatal, deberías darte un baño.
—Lo mismo le dije —habla Alessandro.
—Eso haré —se levanta y sube de nuevo a la habitación.
—¿A dónde vas? —dice, tomándome de la cintura y atrayéndome hacia su cuerpo.
—Debo ir donde Antonia. Necesito saber qué está pasando.
—Me parece bien. Es mejor que se aclare todo.
—Me llevaré el auto —este me mira mal.
—No me gusta que manejes.
—No cederé en eso. Quiero hacer cosas por mi cuenta —él sue