— ¿Sabías que se trataba de mí? ¿Qué era yo la mujer que acompañaba a Rocco durante la emboscada? — Caterina lo mira con desconfianza. Desde que llegó a Regio de Calabria, nada ha salido como esperaba y nadie es quien creía.
— No, me he sorprendido al igual que tú al verte abrir la puerta de la habitación. Nadie entra a este lugar, imagino que no lo sabías y eso hace que mis temores se multipliquen. Caterina, tienes que comprender que Rocco no es cualquiera, es un capo, y cuando un hombre como él ve algo que quiere, no lo suelta con facilidad. — Ella se queda quieta, mirando con intensidad, intentando que su mente comprenda todo lo que acaba de escuchar, pero que lo haga sin el entusiasmo de una adolescente enamorada.
Por supuesto que Rocco no la ama, pero su padre está preocupado porque Rocco la trajo a su habitación, a donde no trae a nadie.