En la terraza trasera de piedra de la villa, se encuentra una larga mesa de madera tallada a mano, sin mantel y con vetas visibles, sobre ella una hilera de candelabros con velas gruesas que se encuentran encendidas y parpadean con la brisa.
Han dispuesto cuatro servicios con platos de cerámica siciliana con motivos florales en azul y oro, pitados a mano. Las sillas son todas diferentes, heredadas o robadas de diferentes épocas, pero todas elegantes, mostrando un toque deliberadamente auténtico y caótico.
Bianca se encuentra de pie observando las luces de Messina que titilan al otro lado del estrecho, como un eco de la civilización. Con un vestido largo de seda negra con mangas tres cuartos, que cae hasta los tobillos con unos sutiles motivos florales bordados a mano con hilo dorado y cuello recto muy discreto, calzada con unos tacones bajos de cuero negro y sosteniendo sobre sus hombros no por frío sino p