Se mueve por toda la habitación, luego va al salón de juegos y entretenimiento, donde no encuentra nada, vuelve a atravesar la habitación y busca en la sala de baño, a pesar de que está casi segura de que no hay nada, porque ha abierto todos los cajones de ese lugar durante el tiempo que ha pasado en la villa.
Se detiene de pie en medio del cuarto de baño y se lleva el dedo pulgar a la boca, mordiéndolo sin control.
—¿Dónde podría guardar algo así? — se pregunta girando sobre sí misma.
Sale de la sala de baño y se queda mirando la puerta del vestidor, al lado del salón de entretenimiento y muy cerca al gran ventanal que ahora se encuentra cerrado aunque puede observarse el mar, el cielo oscuro y la luna, puesto que no cerró las cortinas que han sido cambiadas por unas igualmente de algodón y del mismo color, pero con un tejido m&aacut