Las manos de Caterina tiemblan después de leer el mensaje de Matteo. Desde que Rocco la trajo a la villa, no ha salido del lugar y no conoce a los escoltas. No es como si pudiera tomar un taxi y salir como si nada.
—Caterina, me contaron que estuviste muy enferma y que llevas días sin salir de la villa. ¿Quieres ir de compras y comer fuera? — Ella se vuelve a mirar a Rebecca como si fuese una balsa en medio del océano.
—Rebecca, querida, acabas de llegar. Deberías descansar un poco — le dice Bianca llevándose un fino bocado de tostada con aguacate a la boca.
—Tía hermosa, el Jet Light es solo para los débiles. ¿Nos vamos, Caterina? — Ella se acerca a Caterina y la toma de la mano.
—¿Vas a ir vestida así, Catalina? — pregunta Bianca con la voz cargada de desprecio.
—¿Disculpa?
—Llevas un top, no es lo adecuado. Eres la novia de Rocco Mancini, no puedes ir por ahí vestida de esa forma. — La espalda de Caterina se ten