Los ánimos se estaban calentando, los gritos se escuchaban hasta afuera, las gemelas Darkok escucharon la mayor parte de la conversación, y como los Mendoza ofendían cada vez más a su hermano y a su padre.

— ¡Escúchame bien Rafael, le enseñé a mi hijo todo lo que un hombre de calor debe saber, y debe conocer, Vladimir se ha graduado con honores, habla más de seis idiomas, es un empresario exitoso con ideas innovadoras y futuristas, lo enseñé a que uno verdadero amigo siempre apoya incondicionalmente, no me lo vas a venir a menospreciar si él es un hombre excelente!

Los amigos por primera vez en años de amistad estaban teniendo una gran y acalorada discusión.

— Papá, cálmate, el río Dimitrir es tu mejor amigo, no puedes ofenderlo así, sé que estás muy molesto, que quieres ahorcar a Vladimir con tus propias manos, hacerlo sufrir...

— ¡Siii, por supuesto que quiero eso, quiero que pague, que le duela como me está doliendo a mi ver a mi hija en una situación que me juré nunca i