El enamorado de Diane.
Dos meses después, los jóvenes y elegantes CEOS llegaban a la sala de juntas de la compañía Darkok, tres de ellos estaban con evidentes ojeras.
— ¿Y a ustedes que les pasó? Parecen tres mapaches que se escaparon del zoológico.
El CEO Alejandro, Jeque del medio oriente, se burlaba un poco de sus socios.
— Acaban de ser padres, y parece que sus pequeños demonios salieron a ellos en lo demandantes, ¿Me equivoco? — Lucano preguntaba.
— Rafael me despierta cada dos horas desde que llegamos al penthouse, no se le pasa un solo minuto de la hora de su comida, además de eso si está mojado llora tanto que ni al perro que mi padre le regaló, deja dormir.
— Y a mi Dimitrir me tortura, lo alimento, le cambio el pañal, pero después quiere que lo arrulle, y le gusta tanto que se queda disfrutando con los ojos abiertos, es como si mi suegra hubiera vuelto a nacer solamente para torturarme. — Les contaba Emiliano.
— Ahh... Yo creí que solamente mi hijo era difícil, pero el pequeño Alexa