CEOS realizados y felices.
Algunos fumaban un puro, otros solamente bebían de su vaso del líquido ambarino.
— Entonces... ¿Tú mujer te ha abandonado, Dimitrir?
— Tal cosa no sucederá, solamente tuvimos un disgusto. Por cierto, ¿A ustedes quien los invitó aquí?
— ¿Quién más? Ese fue Doménico, él me llamó a mi, y yo llamé a Alexander. — Dominic respondía sin inmutarse.
— Rafael, tenías que gritar a los cuatro vientos que veníamos aquí a beber una copa, ¿Eh?
— Venir solo era aburrido, además con lo malhumorado que estás, ni quien te aguante.
— Yo estoy normal, No sé de qué hablas, estás exagerando.
Hacía tiempo que no salíamos a por un trago, claro, tenía que ser cuando uno de nosotros fuera abandonado.
— No me han abandonado Alexander Ivanov, mi esposa solamente está enfadada, jamás permitiría que mi matrimonio terminara.
— Pues entonces tendrás que esforzarte, con tu sola presencia dudo que consigas algo.
— ¿Qué quieres decir?
— Que si no le demuestras a la bella Angelic cuánto te impo