Por la mediodía del día siguiente, en el estacionamiento del campus. Dos coches de edición limitada se estacionaban, uno de ellos color azul oscuro, el otro colo negro con asientos de piel en color negro y rojo.

Los gemelos Mendoza bajaban ajustándose las gafas ahumadas, vestidos de traje y con esa aura sería y poderosa, esperaron a las gemelas Darkok.

Justo ellas venían cargando sus cuadernos. Apenas Diane vió a Rafael, su corazón latió acelerado.

— Que tal chicas, ¿Cómo están? Diane, te traje estás rosas, espero que te gusten. — El frío CEO entregó las rosas a la chica que le gustaba.

— Rafael... ¡Qué sorpresa, no me dijiste que vendrías! — Diane tomó las rosas y aspiró su aroma.

— Quería precisamente sorprenderte, por cierto, ¿Te gustaría ir a comer conmigo?

— ¿Solo yo? — La chica preguntaba porque su hermana venía con ella.

— Si, creo que ellos tienen cosas de que hablar, no hagamos mal tercio, vamos. — Rafael le abrió la puerta de su coche a la bella ojigris, se