HA POR VERSALLES.
El conde Monkan, no era de las negociaciones con los gobernantes de París, fueron estos mismos quienes la habían impedido que su destino fuese directo hacia Versalles, el conde les consideraba envidiosos, y los seres más ruines de París, y su alma olía peor que las cloacas que estaban bajo las calles, cuando considero todas aquellas ideas, decidió detenerse un instante,
En una de las oficinas estaba sentado el conde dragón, con una pipa larga en sus labios, ojeaba con gran dedicación aquellos papeles, al parecer era la llegada de los periódicos provenientes de París, unas perlas de sudor se formaron en la frente ya rugosa del conde dragón, al parecer no le había gustado para nada todo lo que se decía de Gevuadan, y por su puesto sobre los gobernantes del condado.
Sobre un escritorio rojizo de una caoba perfecto, yacía el periódico afamado de Francia, La Gazette, que se decía que era el periódico de la monarquía, pero hasta el momento el conde dragón no se la había considerado un gran