Ellyn tenía todo lo que una persona puede desear. A sus diecisiete años estaba finalizando la escuela, tenía amigos que la querían, una familia que la apoyaba, una manada que la valoraba y un novio que la amaba. Pero cuando las circunstancias cambian, tendrá que tomar decisiones que pueden trastocar su vida para siempre. ¿Será capaz de aceptar su destino? ¿La Diosa de la Luna se habría equivocado? ¿Podrá Ellyn cumplir sus sueños?
Leer más“El compromiso es lo que convierte una promesa en realidad”
Abraham Lincoln PV Ellyn El sol recién comenzaba a asomarse, sus rayos eran tenues, pero yo estaba muy emocionada y apenas había podido dormir la noche anterior después de todo. Hoy era “el día” que hace años estaba esperando o mas bien sería la noche que estuve ansiando. Mi buen humor me persiguió en la ducha mientras tarareaba canciones pop de moda y también mientras me vestía para asistir al entrenamiento matutino. Peiné mi cabello lacio de color castaño claro en una cola alta para que no me molestara en el rostro, y me puse mi sostén deportivo y unos leggins cortos, lo usual para estar cómoda durante tres horas de instrucción. - Alguien está de muy humor el día de hoy – sonrió mi madre, Riona, mientras me servía unas tortitas con sirope y un café con leche. Le respondí con otra sonrisa cómplice, después de todo, ella lo sabía todo. - ¡Ya sabemos el porque de su buen humor! – bufó mi hermano menor, Fionn mientras robaba mi taza de café. - ¡Oye! Eso es mío- respondí enojada mientras lo miraba con enfado - Basta ya niños- respondió mi padre, Cahir, pero él también tenía una sonrisa en su rostro y realmente no nos estaba riñendo. El desayuno era un momento especial para nosotros, nos reíamos, hablábamos de las cosas que haríamos en el día y luego nos íbamos cada uno a hacer nuestras actividades. Pero hoy, además del amor que nos teníamos, existía cierta expectativa y cierta ansiedad palpable. - Ellyn, Fionn, se les hará tarde si no se apuran- mencionó mi madre mirando el reloj y me apresure a terminar mi desayuno y lavar mis dientes. Cogí las llaves de mi auto y saqué a rastras a mi hermano de mi casa sin importarme si terminó o no su comida. Si fuera por él, no dedicaría ni una hora a entrenarse al día, pero como yo era la mayor, aunque fuera solo por unos meses y aunque por mi altura de metro sesenta y cinco no lo pareciese, era mi responsabilidad que él asistiera. Saludamos a nuestros padres con abrazos y besos, y nos alejamos rápido por el sendero que nos conducía hacia el campo de entrenamiento, a unos diez minutos en automóvil desde nuestro hogar. Mi mente divagaba, no podía concentrarme en nada el día de hoy y gracias a eso recibí varios golpes en el estomago y en las costillas en la segunda hora de entrenamiento. - ¡Ellyn! -grito el delta Boris llamándome la atención cuando por tercera vez caí al suelo- ¿qué estas haciendo? Tienes que tomarte el entrenamiento en serio – rugió enfadado por mi falta de concentración- eres un Beta, o lo serás en el futuro, ¿quieres decirme donde esta tu mente hoy? - Lo siento Delta Boris, no volverá a suceder – murmure con vergüenza. Odiaba que me regañaran estúpidamente. Desde muy temprana fui educada y entrenada en todos los aspectos de una manada, desde lucha hasta etiqueta y que me amonestaran frente a los demás adolescentes era una mancha en mi impoluto expediente de vida. - Tienes que concentrarte y luchar como si tu vida realmente dependiese de ello, hay niños aquí que siguen tu ejemplo, no nos decepciones- agregó el Delta ahora un poco menos enfadado, pero eso no hacía que mi vergüenza menguara. Así había sido siempre, se me exigía al máximo, todo debía hacerlo bien o mas bien, de forma excelente. Mis padres eran amorosos, pero también exigentes, ellos eran ambos Betas y teníamos un linaje que nos instaba a ser mejores, generación tras generación, para acompañar, cuidar y asesorar a los Alfas. Pero a pesar que yo destacaba en la escuela, era una de las mejores guerreras de la manada y sabía de memoria el protocolo, no me sentía como un futuro beta, y no me sentía así hace muchos años y no era un secreto que ocultase. Como Betas teníamos contacto cercano con el Alfa y su Luna y en consecuencia con su descendencia. Xavi, era su primogénito y solo dos años mayor que yo. Crecimos prácticamente juntos, primero floreció la amistad. El me protegía y cuidaba durante nuestra infancia de aquellos que quisieran molestarme por mi tamaño. Su lado Alfa lo instaba a ser un protector a toda costa y yo era su protegida. Pero cuando llegamos a la adolescencia, la amistad se transformó en una atracción innegable y nos llevó a prometernos la eternidad juntos, y hoy después de dos años de no verlo, volvería a casa después de su arduo entrenamiento Alfa para tomar posición como tal. Para sorpresa de toda la manada, él fue aceptado en la academia del Rey mucho antes de su transformación, por lo que era considerado un gran honor, pero para nuestra mala suerte, eso significó no estar allí cuando su lobo llego a él y consecuentemente no sabíamos si éramos realmente una pareja destinada. Pero eso no importaba, ambos hicimos una promesa, nos amábamos más allá del vínculo invisible que la Diosa de la Luna podría otorgarnos; nos amábamos con el corazón y era tan real y verídico que nadie dudaba que también la Diosa nos uniría. Oraba por eso, noche a noche mientras seguía estudiando, entrenando y haciendo todo lo posible para que, cuando me tocase ser Luna, fuera igual de buena que la madre de Xavi, Luna Sophia. Tanto el Alfa Jared, como su pareja destinada, Luna Sophia, manejaban nuestra manada con justicia y amor. Sabia que en otras manadas el manejo no era el mismo, pero aquí se trataba con respeto a cada integrante, desde el eslabón más pequeño hasta el principal, todos teníamos una función que era considerada relevante en el funcionamiento de nuestro mundo, y por ello éramos considerados una de las grandes manadas y bendecidas por la gracia del Rey; y yo no aspiraba a ser menos. Quería que nuestra manada siguiera prosperando y creciendo bajo los mismos preceptos. Mi mente divago otra vez hacia mi novio, Xavi. Lo había extrañado muchísimo más allá que nos escribíamos y hablábamos por video-llamada todos los días, pero no era lo mismo. Vi su cambio corporal a lo largo de estos 730 días de ausencia. Si bien siempre fue un chico grande, ahora se había transformado en un hombre enorme, con músculos fuertes en cada resquicio de su corporeidad, se había cambiado el corte de cabello y hace mucho tiempo atrás su melena rubia ceniza se había reducido, luciendo algo muy moderno rebajado hacia los costados y ligeramente mas largo en la parte superior. Pero lo que no cambiaba era su forma dulce de tratarme como si fuera una princesa y su sentido del honor y la justicia. Mi ansiedad creció a niveles inimaginables cuando vi una caja en medio de mi cama al llegar del entrenamiento. Una pequeña esquela enunciaba con su fuerte caligrafía solo tres palabras “Para mi amor” y mi corazón parecía querer salir de mi pecho. Xavi, ya estaba en la manada. Mi primer instinto fue dejar todo e ir corriendo a la casa de la manada para arrojarme a sus brazos, pero me contuve. Habíamos acordado vernos en la fiesta de asunción que se realizaría esta noche, la misma noche en que me declararía su Luna ante toda la manada, la misma noche que nos comprometeríamos. Mis manos sudaban por lo que cogí una toalla y me sequé las palmas. Cuando abrí la caja el mas exquisito y bello vestido color gris se hallaba en su interior, el escote en forma de corazón poseía un encaje de cuentas brillantes, cuyo corpiño transparente estaba adornado para que no se vislumbrara nada de lo que di debiese y tenia apliques de encaje con cuentas a juego que fluía desde el corte hasta las caderas, y luego una falda larga que se abría en una abertura lateral. La tela era brillante, de seda, y se ajustaría a mi cuerpo de manera maravillosa. “Gracias por tan hermoso regalo” – le envié un rápido mensaje, lo amaba. “Nada puede ser mas hermoso que tu”- respondió Xavi rápidamente haciéndome sonrojar por sus maravillosas palabras. No podía esperar a que nos volviésemos a encontrar. Quería volver a sentir sus abrazos y también besarlo por primera vez. La emoción de estar a su lado y empezar a escribir nuestra historia juntos era tal que no podía concebir algo mejorPV. Desconocido.Quería maldecir en voz alta y gritar de frustración ante el estrepitoso fracaso del primero de nuestros planes. Habia costado una pequeña fortuna atrapar, sedar y transportar a los Ripsper hasta aquí y todo para nada. Ni siquiera una sola muerte, algo que al menos hubiera alertado a los habitantes del reino. Ni una sola noticia, todo fue silenciado antes de que pudiese explotar. Claramente no pensamos bien en el hecho de que en el grupo de estudiantes había algunos con capacidad de transformarse y que unos Ripsper jóvenes no eran rivales para ellos. Tampoco tuvimos en cuenta la aparición de una de las compañías mas letales y entrenadas del reino en escena. Se suponía que estaban ocupados en una misión, pero, aun así, estuvieron allí y ahora seguramente habría una investigación, aunque no los llevaría a nosotros. Cubrimos bien nuestras huellas y utilizamos muchos intermediarios para evitar que nos rastreen. Cuando encontrasen una pista, esto solo lo llevaría a un call
PV Ellyn En el instante que emití mi pregunta, los ojos de Alek se nublaron completamente, lo que significaba que alguien lo había contactado mentalmente. Esperé hasta que él concluyera su comunicación y luego lo oí mascullar una maldición. - Prometo responder cualquier duda que tengas, Ellyn, pero tengo que salir un instante. Volveré en media hora, ¿puedes esperarme por favor? – Alek me miraba con ojos suplicantes y aunque en mi interior quería rodar los ojos, pero me contuve. Fuese mi pareja destinada, alma gemela o lo que fuese, olía a Alfa y era mi superior, y tenía que respetarlo - Claro, ¿puedo usar tu baño? - Necesitaba acicalarme, y también pensar un poco en todo lo que estaba sucediendo. - Lo mío, es tuyo, no necesitas mi permiso – respondió y se acercó más a mí. Todo mi cuerpo vibraba en su cercanía, él deposito un beso en mi frente y la electricidad recorrió cada resquicio de mi ser. Sus ojos demostra
Pv Ellyn Me sentía cálida y cómoda, aunque la conciencia se iba haciendo paso. Pero aún no quería abrir mis ojos. Habían sucedido muchas cosas en muy poco tiempo. Mi lobo estaba conmigo, aunque no podíamos transformarnos, la podía sentir en el fondo de mi mente, ahora descansando luego de lo que vivimos durante el campamento. ¿Qué eran esas cosas? No lo sabía. En mis años de instrucción como Beta y luego como Luna jamás hablaron de seres así. También recordé todo lo ocurrido. Como habíamos peleado, como me interpuse ante la puñalada que iba dirigida hacia Erik. No lo lamentaba para nada, aunque me sentí muy estúpida por dejarme lastimar y que eso hiciera que me desmayara. Perdí mucha sangre y aunque sabia que no era letal, no pude evitar que la inconciencia me reclamara, pero antes de que eso sucediera, lo volví a ver. A ese lobo gris y ya no quedaban dudas. Mi loba interior lo reclamó como “Alma gemela”
Pv. AlekEmpujé fuertemente a mi hermano de Ellyn, y la tomé entre mis brazos. No me importó hacerlo volar por el aire varios metros, él lo resistiría y no lo lastimaría, al menos no gravemente. Lo oí gruñirme, pero nada me importaba. Toda mi concentración estaba en ella. Mi mente corría en varias direcciones a la vez. ella Respiraba uniformemente y no tenía una visión limpia de su herida, por lo que, con una de mis garras, rompí aun mas el ya desgarrado abrigo. La Herida era profunda, pero parecía estar cicatrizando rápidamente. Escuche llegar a mis soldados y a mi hermano, volver a mi lado y acercarse a ella. Un gruñido lleno de enfado y poder salió de mí, no quería a nadie cerca de ella. - Je…jefe- Henry estaba intentando luchar contra mi aura – Lucius, nuestro médico, está aquí… puede revisar a la chica…- sugirió él, pero le gruñí más fuerte. Mi parte humana estaba relegada y quien tenia el mando era mi lobo y a este no le hizo gracia alguna
Pv Alek Para llegar a las tierras de Morium hay que manejar muchas horas y pasar por algunos territorios, algunos aliados y otros neutrales, ante los cuales, teníamos que detenernos y respetuosamente pedir paso para investigar la situación. Junto con Henry planificamos específicamente los lugares por donde transitaríamos, evitando zonas que quizás nos ocasionarían conflictos. La manada “corazón purpura”, era el último asentamiento lobo antes de tener que abandonar nuestro todo terreno y adentrarnos en la espesura del bosque. Su Alfa fue amable y nos proporciono algunos informes de como habían visto a algunos Ripsper huir de sus tierras y atacar a animales y sobrenaturales. Ellos tuvieron la suerte de no tener ninguna baja puesto que hay refugios subterráneos naturales que saben aprovechar ante cualquier eventualidad. - Príncipe Aleksander – dijo el Alfa Jonathan de pronto- tengo una teoría de lo que pued
Pv AlekNo me gustaba haber pedido la oportunidad de decirle la verdad a Ellyn porque ¿Qué pensaría? Tomé la maldita llamada y no volví a verla para contestar su pregunta, para decirle que la había salvado. Pero ahora, ya no podía volver el tiempo atrás. Estaba sentado a la izquierda de mi padre mientras mi madre ocupaba su lugar habitual, a la derecha del Rey, con sus manos entrelazadas. Ese era el futuro de Ellyn y mío, pero me preocupaba que mis obligaciones no me dieran un respiro y que no pudiéramos conocernos como me gustaría. Suspire en mi fuero interno. Nunca tendríamos una relación normal y quizás ella, más allá de todo su entrenamiento para ser una luna, no aceptaría esto. Tal vez ella deseara una relación común, normal, donde su pareja la cortejara, salir a cenar, al cine, a bailar y cosas como esas que yo no podía hacer, al menos no normalmente sin tener un dispositivo de seguridad a nuestro alrededor o sin planificarlo adecuadamente. “¿Qué te preocupa, hijo mío?”- la vo
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