Mundo ficciónIniciar sesiónEl reloj marcaba casi la medianoche mientras subía las escaleras de mármol; los tacones resonaban como golpes secos en el silencio de la mansión. Estaba en shock por todo lo que me había enterado el día antes, pero solo quedaba fingir demencia. Quería ver a Alejandro, quería una explicación, pero no la iba a pedir. Este día solo esperaba una palabra de él o una mirada, pero él se había encerrado en su despacho desde temprano, como si mi mera presencia le irritase.
Apreté los puños; ya no estaba dispuesta a seguir fingiendo.Empuje la puerta sin avisar. —Tenemos que hablar —dije con voz firme.Alejandro levantó la vista del escritorio mientras el fuego de la chimenea delineaba su perfil; vestía de negro y se veía relativamente guapo.—¿Y sobre qué quieres hablar? —preguntó sin levantar del todo la vista de los papeles.—¿Será que... quieres hablar de cómo te comportas...? ¿Acaso quieres que esto sea más que un matrimonio por contrato?






