Mundo ficciónIniciar sesiónEl ramo seguía en la mesa del vestíbulo. Cada vez que pasaba junto a él, mi mente volvía a la tarjeta: “Yo sí sé tu valor”.
No podía dejarlo pasar. No podía seguir sintiendo el peso de Alejandro sobre mí; después de todo lo que me ha hecho, simplemente quería vengarme.En cierta manera.Respiré y me obligué a concentrarme.Si alguien me había dicho eso y se había atrevido a dejarme un ramo así, tenía que ser alguien cercano a Alejandro.No podía ser casual.Empecé con lo más obvio: la oficina de Alejandro.Entré con discreción mientras su secretaria revisaba papeles.—Buenos días —dije sin levantar sospechas—. Necesito información sobre los socios de la empresa... solo nombres.La secretaria me miró con cierta sospecha, pero terminó dándome todas las listas.Mi corazón latió cuando vi un nombre que no podía ignorar: Gabriel Moretti.Su nombre sonaba en mi memoria. Alejandro lo había me






