Desperté debido a los rayos de luz que me pegaban en la cara, no era tan molesto pero amo dormir en la oscuridad, estire mi cuerpo sintiendo la suavidad de las sábanas, al abrir mis ojos, mire hacia el espejo arriba de mi, lo primero que vi fue una blanca espalda, gire mi rostro encontrándome con el de Dak Ho, se veía tan lindo dormido.
Con cuidado le toque el cabello y delinee su nariz con mis dedos, aun no podía creer que habíamos tenido sexo por toda una noche, es increíble la resistencia que tiene este hombre, yo ya no podia mas cuando culminamos el tercero, pero aun así, pude con el.
Como dormía plácidamente, me baje de la cama para ir al baño, esto es del tamaño de mi departamento, me di un baño rápido y me enjuague la boca, al salir el seguía dormido, busque la camisa que le quite anoche y me la coloque sin bragas por que el las rompió.
Con sigilo salí de la habitación para bajar a la cocina, no sabia que hacer así que encendí la cafetera, me sorprende demasiado la tecnología que posee Dak Ho en su casa, es demasiado futurística. Recogí mi cabello con un mechón del mismo para terminar con mi misión de preparar el cafe. Abrí el refrigerador y me encontré con demasiada comida, había de todo.
—Y yo que como solo cereal —me rei—. Veamos que hay aquí...
Dak Ho me dijo que comía de todo un poco, aunque pensándolo bien no se si se comería algo hecho por mi, ya que dejó en claro que el mismo come lo que el hace.
—Buenos días —di un respingo al escuchar a Dak Ho, voltee, el estaba en solo pantalones de chandal y el cabello desordenado.
—Buen dia.
—Hasta la habitación me llego el olor a café —se acercó a mi para rodearme con sus enormes brazos— ¿Dormiste bien?
—Si ¿y tu?
—Bastante bien, hace mucho que no dormía tanto —dio caricias a mi mejilla— ¿tienes hambre? Puedo hacer algo para ti.
—Quería hacerlo yo pero ya que insistes... —me encogí de hombros.
—Siéntate, te hare un desayuno Coreano que te va a encantar.
Solo le asentí, me senté en la cocina y el sirvió el café para los dos. Empezó a sacar todo lo que usaría para el desayuno, jamás he comido comida Coreana, así que estoy un poco intrigada.
—¿Que haras hoy? —preguntó mientras batía unos huevos.
—Ir a mi casa, atender a mi gato, quizá adelante algo de trabajo... Por la noche... Cenare con Ryosuke.
Detuvo su acción, sus facciones se endurecieron. Dejo el tazón sobre la isla y se recargó sobre ella, verlo así, es demasiado sexy.
—Me estas diciendo, en mi cara, que cenaras con Tanaka —le asentí— ¿Por que vas a cenar con el?
—Porque quiero y por que puedo Dak Ho, soy una persona honesta y por eso te lo estoy diciendo.
—Es increíble —bufo con molestia—, tuvimos una noche de sexo, ahora me dices de la forma más tranquila que cenaras con ese... Tipo.
—¿Por que lo llamas tipo, de forma tan despectiva?
—No quiero que estes con el Jenn.
—No me armaras una escena de celos ahora Dak Ho, te lo digo por que me gusta ser clara y si estoy haciendo esto, es por mi, para poner en orden mis sentimientos.
Esto me tiene demasiado confundida, me encanta Dak Ho, es un hombre increíble, es sexy, todo un prospecto, pero Ryosuke me gusta demasiado, es un chico que tiene todo lo que me gusta y este dilema con los tengo que resolverlo hoy mismo.
—¿Que quieres decir?
—De que me gustan ambos, ya no lo puedo seguir escondiendo... Por eso estoy haciendo todo esto, para saber quién de los dos me gusta más y lo siento si estoy siendo demasiado cruda con mis palabras, pero estoy hecha un manojo de sentimientos que están revueltos.
El pareció analizar mis palabras, se que lo que estoy haciendo quizá no es lo más sabio o lo más correcto pero es una forma de aclarar lo que me pasa con ellos dos. Por eso acepte la cena con Dak Ho y termine teniendo sexo con el, ahora tendré una cena con Ryosuke y tampoco se como vaya a terminar eso.
—No me odies Dak Ho —murmuré un poco temerosa.
Soltó un suspiro y vino hacia mi, giró la silla y se metió en mis piernas, tomo mis mejillas e hizo que lo mirara.
—Soy honesto, me hierve la sangre de que salgas con el, pero si eso te ayuda a aclarar tus sentimientos, por mi esta bien.
—Gracias por entenderlo Dak Ho —cerré mis ojos cuando me dio un beso en la frente.
—Terminare el desayuno para ti y luego te llevaré a tu departamento.
—No tengo ropa —le dije y el empezó a reírse.
—Ten —me dio una tablet que estaba al otro lado de la cocina—, puedes pedir ropa para que te vayas, no puedes irte así.
Me siento un poco aliviada de que el me haya entendido aunque sea un poco y no me haya juzgado, me siento realmente confundida por ambos.
(...)
Más tarde...
Dak Ho me dejo en mi departamento, no sin antes tener sexo conmigo en la cocina, hicimos de todo menos comer. Me fue imposible resistirme a verlo embarrado de miel, no pude.
Así como con Dak Ho, me arregle para Ryosuke, no se a donde me llevaría, pero no creo que use el método de Dak Ho, se nota que el es mas sencillo. Así que opte por ponerme Jeans, una blusa y una chaqueta arriba junto con mis confiables botas. Esta vez recogí mi enorme melena, ya era la hora acordada así que tomé mi bolso junto con mis llaves para así salir de mi departamento.
Ryosuke ya estaba esperándome, al verme sonrió y verlo vestido como todo un chico malo, es algo delicioso para la vista, camisa negra con botones sueltos, los brazos descubiertos donde se vean sus tatuajes, esos Jeans rotos y la chaqueta encima. Detrás de el había una motocicleta.
—Que linda estas...
El me tomo de la cintura y me dio un beso fogoso que no dude en corresponder, de una vez metió su lengua para así moverse al ritmo de la mía con pasión y lujuria. El sabor del cigarrillo en su boca me encanta.
—Espero que estes lista, iremos a un lugar único.
—¿Es tuya?
—Así es —tomo mi mano y me llevó hasta ella—, quise traer el auto, pero sentí que la moto estaba más acorde a la ocasión.
—Pues me encanta.
El se subio y yo lo hice detrás de el, encendió la motocicleta y empezó a conducir por toda la ciudad. Esto de noche era realmente hermoso. Ryosuke me llevó hacia la feria que está del otro lado de la ciudad, pense que iriamos a otro lado, pero este lugar me parece mas que perfecto.
El estaciono la motocicleta y le indicó al chico que la cuidara, tomo mi mano para así entrar al lugar, todo era tan colorido y hermoso, hace mucho tiempo que no venía a la feria.
—Bien ¿que quieres hacer primero? —se posó frente a mi y me sonrió— Hay muchos juegos.
—Comer, muero de hambre.
—¿Que se te antoja?
—Banderillas.
El asintió y volvió a tomar mi mano para encaminarnos hacia un puesto de banderillas. Le pago al hombre que estaba en su propio puesto, así ambos empezamos a caminar por toda la feria buscando algun juego.
Después de tanto caminar y comer algunas banderillas, llegamos a uno en donde tenía que usar una escopeta para tirar algunos patos en movimiento.
—Tienes que derribar los patos de la cima —señaló los patos— si derriba seis, se lleva el oso polar de arriba.
—Bien —Ryosuke saco el billete y se lo dio al hombre, este le dio la escopeta.
Se colocó la escopeta en el pecho y se concentró en los patos de arriba que se movían de forma rápida, aun así, Ryosuke logró derribar los seis. Estaba realmente impresionada por su puntería.
—¡Si! El peluche amigo mío —ambos chocamos los cinco, Ryosuke sonreía con malicia.
El hombre no tuvo mas remedio que darle el peluche de oso polar a Ryosuke, este con una sonrisa me lo entregó, siendo el primer regalo que me han dado en mi vida. El volvió a tomar mi mano para así seguir paseando por la feria, me había comprado un helado y nos sentamos en una de las bancas del parque.
El es tan lindo, parece un chico rudo pero se nota que tiene buenos sentimientos, o al menos eso creo.
—Detesto el helado —dijo el comiéndose el mismo—, pero este es rico.
—Gracias por traerme, hace mucho que no pisaba una feria.
—¿En serio? —le asentí—, pues esta es mi primera vez en una feria, una amiga me la recomendó, dijo que sería perfecto para una cita.
—Pues si, es perfecta.
—Quisiera conocerte más, saber todo de ti —se acomodo el la banca—, que te gusta y que no, seré todo oídos.
—¿Por donde empiezo?
Ambos empezamos una buena conversación sobre mi, le Conté solo básico, de donde vengo, de cómo llegué al periódico, de mi hato Bob, de las cosas que me gustan y de las que no. El solo me escuchaba de la forma mas atenta, parecía interesado en escuchar todo lo seria sobre mi.
El solo me dijo que creció en las calles y que es huérfano, desde niño empezó a trabajar hasta formarse como es. Abrió el restaurante japonés para que todos conocieran un poco sobre esa comida, tiene una pequeña fábrica en donde hace utensilios japoneses que se venden muy bien. Al igual que la casa hogar en donde tiene a esos niños sin hogar.
Me parece algo lindo que quiera ayudar a las personas que más lo necesitan, ahora en estos tiempos ya nadie hace algo por nadie y eso es una pena.
Ryosuke es amante de las motos y los autos, le gusta hacerse tatuajes que es algo que se nota a leguas, le gusta pintar en sus tiempos libres, colecciona algunas cosas, le gusta leer y me conto que antes queria ser medico, pero que su padre jamás lo dejó hacer ese tipo de cosas, su madre lo abandonó cuando tenía cinco años y desde entonces le ha tocado sobrevivir.
La vida de Ryosuke es tan distinta a la de Dak Ho, ambos crecieron en familias y mundos totalmente distintos, los admiro a ambos, por que han llegado lejos.
—Me gusta todo lo que haces, es admirable.
—Gracias, hago lo mejor que puedo.
—Tomemos algo, tengo ganas de una rica cerveza.
—Me leiste la mente —tomo mi mano y así salimos de la feria.
Me encanto mi peluche, es algo que voy a cuidar mucho. Subimos a su motocicleta, el condujo de regreso a la ciudad, me dijo que iríamos a su bar que estaba cerca del restaurante que maneja.
De pronto, mi pecho se oprimió por la situación, me gusta pero me asusta empezar a sentir lo que estoy sintiendo ahora, se que esto no está nada bien, pero quiero disfrutar lo que sea que me este pasando con Dak Ho y Ryosuke, ya pensaré y me arrepentiré después.
Por lo pronto que disfrutar de este momento con el.
Ambos llegamos a su bar y nos sentamos en una de las mesas apartados de las personas. El bar tenía ese toque Japonés y a la vez americano, todo estaba decorado con toques rojos y oscuros, muy propio de Ryosuke.
El se había ido a la barra a pedir las cervezas y algo para comer, yo me sentí un poco incómoda al ver que un par de hombres no dejaban de mirarme. Al parecer Ryosuke se dio cuenta de ello y les alzó el mentón, ellos solo dejaron de hacerlo.
—Seguro fue por que pensaron que estabas sola —le asentí, más aliviada—, bebamos un poco, ya despues veremos que hacemos.
Ambos chocamos los vasos con dicha cerveza y seguimos nuestra conversación sobre conocernos un poco más, el me parece tan divertido y bastante sencillo. Algo distinto a Dak Ho, pero ambos tienen algo en común, ambos me gustan.
Jamas me habia pasado algo como esto. No pense que llegaria al momento en que estaría tan atraída por dos hombres que son completamente distintos en todos lo aspectos. Mi mente y corazón es un mar de sentimientos encontrados, no quiero lastimarme o lastimar a nadie, pero esto que siento no lo puedo evitar.
Pero tengo que sacarme esta duda esta noche.
Me acerque a Ryosuke para darle un beso posesivo que de inmediato me correspondió, sus labios son tan adictivos y suaves, esto es una locura.
(...)
Ambos estábamos subiendo las escaleras mientras nos seguiamos devorando los labios, me pidió venir a su departamento así que no me negué, el abrió la puerta mientras estaba abrazada a el, al entrar encendió las luces de su departamento.
El lugar era del mismo tamaño que el mío, a diferencia de que no tiene habitación, su cama estaba en la sala, frente a esta una enorme televisión un pasillo que supongo que es el baño, la cocina y un sofa mediano.
—Tu departamento es único, me gusta —me acerqué al ventanal, no tiene balcon—, desde aqui se ve la ciudad.
Voltee hacia el, me pego al ventanal y quito mi chaqueta, su mirada intensa sobre mi hacia estremecer mi cuerpo entero. De la misma forma que Dak Ho, Dios estoy hecha un lio.
Mis manos se fueron a su cuello y descendieron a los botones de su camisa.
—Hazlo, desnudame —me pidió en un murmullo.
El mismo se quito la chaqueta y yo empecé a quitar los botones de su camisa hasta sacarla de su torso, a diferencia de Dak Ho, el si tenia todo el torso cubierto por tatuajes, su piel es un poco mas oscura pero realmente hermosa, cada tatuaje en su piel es hermoso.
Me tomo de las piernas para alzarme y así sentarse en la cama conmigo en su regazo, no espero un solo segundo para sacar la blusa de mi torso y empezar a acariciar mi espalda con mucha lentitud, un jadeo salió de mis labios cuando sentí como saco mi brasier.
Mi cabeza se fue hacia atrás cuando metió uno de mis pechos a su boca y sus dedos pellizcaban mi pezón libre, la forma en que me estaba tocando y lamiendo los senos era única y deliciosa. No pude resistirme a mover mis caderas encima de su dureza buscando fricción y un poco de alivio.
Ryosuke me giro hasta acostarme en la cama, me Quitó las botas y se fue hacia mi pantalón, que lo sacó con suma rapidez haciendome reir.
—Que hermosa eres Jenn —miraba todo mi cuerpo con evidente lujuria—, quisiera ser bueno contigo, pero creo que no podré.
Tenía tantas ganas de decirle que Dak Ho no fue bueno conmigo, pero siento que eso arruinaría la magia del momento, desde que los bese a ambos, me ha encantado provocarlos para así saber quién está más interesado en mi, pero los dos han reaccionado de la misma manera.
Cerré mis ojos disfrutando el tacto que me estaba brindando Ryosuke con sus manos, tocaba sin pudor mis senos y mis piernas. Sentí como mis bragas fueron deslizadas por mis piernas, sentí los labios de Ryosuke por mis piernas, hasta mis muslos. Un fuerte gemido salió de mis labios al sentir su lengua pasar por mis pliegues.
Alce un poco mi cabeza para mirar a Ryosuke estar metido entre mis piernas, sus manos se posaron en mis pechos, volví a cerrar perdiéndome en el placer que me estaba dando su lengua dentro de mi sexo. Jadeé de nuevo cuando uno de sus dedos entro en mi con desdén. Sus movimientos fueron rápidos, tanto que deje salir mi primer orgasmo, sostuve el largo cabello de Ryosuke mientras mis espasmos pasaban, el sonido de el succionando mi orgasmo es muy sucio y me gusta.
Se había separado de mi sexo y me hizo ponerme de pie, mis piernas estaban como gelatina pero el me sostuvo. Me dio la vuelta, mi espalda se pegó a su pecho, podía sentir la enorme erección en mi cuerpo e hizo que me estremeciera, sus manos acariciaban mis brazos con mucha lentitud.
Eso es increíble.
—Se que follaste con el Jenn —murmuró en mi oído—, te dejo una marca en tu lindo culo y aunque me hierva la sangre de que te haya tocado, debo decir que esa marca luce exquisita en tu cuerpo.
—No me odies por eso...
—No te odio, no podría hacerlo —me dio un beso en hombro—, pero si me pone celoso de que el te haya tocado primero.. Ve al ventanal y pon tus manos sobre el vidrio.
—Pero..
—Nadie va a verte —me interrumpió—, confia en mi.
Le hice caso, fui hasta el ventanal y pose mis manos sobre el vidrio, lo sentí posarse detrás de mi, di un respingo al sentir como empezó a azotarme el trasero con fuerza, ahogue un gemido por que esto me estaba gustando.
Ryosuke dio otros dos azotes mas, la piel de mi trasero me ardía, pero la sensación era placentera. Abrió un poco mas piernas sintiendo como mi humedad bajaba por mis piernas, me tense al sentir el miembro de Ryosuke en mi entrada, el solo lo rozaba haciendo que me tensara aún más y deseando que me follara.
—¿Deseas que te folle Jenn? —asentí—, quiero escucharlo.
—Si, si quiero que... —no termine de hablar cuando lo sentí meterse dentro de mi con fuerza haciéndome gemir sonoramente.
Ambos gemimos al mismo tiempo, la sensación de el entrando y saliendo de mi con rapidez es tan delicioso que no sabia como explicarlo. Así estuvo durante poco tiempo hasta que salió de mi y me acostó en la cama, me puso de lado para levantar una de mis piernas, se había acostado a mi lado y me volvio a penetrar con fuerza.
Su mano rodeo mi cuello para girar mi rostro un poco hacia el suyo en donde me volvio a besar, su lengua jugaba con la mía, yo jadeaba y gemía sin control mientras que el embestía como una total bestia. Deje mi pierna levantada para que el me tocara los senos a su antojo.
Salio de mi para ayudarme a montarme encima de el, el mismo se introdujo en mi haciendo que perdiera la cordura, se sentó en la cama conmigo para así volvernos a besar, mis dedos se metieron en su cabello para darle un pequeño tirón y así sacarle un gruñido, el empezó a moverse y a gemir con fuerza asi dandome a entender que su orgasmo estaba por llegar.
Moví mis caderas a su ritmo y así, ambos estallamos en un intenso orgasmo, nos miramos mientras jadeábamos, me sonrio para despues darle suaves caricias a mi mejilla.
—Aun no hemos terminado preciosa —beso mi cuello—. La noche es larga.
Los arrepentimientos vendrían después, por ahora quería disfrutar de este momento con el.