Ryosuke:
Osaka, Japón.
Dejar a Jenn y a mis hijos en Corea no fue una decisión fácil. Pero debía hacerlo, debía encontrar la manera de que el clan me ayudara o al menos me dieran un punto débil para saber como asesinar a los Kang de manera definitiva.
Hace mucho que no venia a Japón, me había jurado jamás regresar por que aqui no me querían debido a que me desligue de la Yakuza hace mucho tiempo. Pero ahora no tenía opción, necesitaba que me ayudaran ahora.
Entré a la casa de Nishimura, el líder de la Yakuza aqui en Japon. El es quien controla todo el pais junto a los gobernantes.
—El gran Ryosuke Tanaka —el sonrió— te has atrevido a venir a Japon, mala decisión.
Me obligue a hacerle una reverencia en señal de respeto y de que vengo en paz.
—Vine a hablar contigo de algo importante.
—Si has venido desde Estados Unidos para acá, debe serlo —soltó una risa.
—No vengo de alla, vengo de Corea —le informe.
—¿Corea? ¿Por que estas en Corea?
Quería ser lo más directo posible así que le Conté absolutamente todo. Sabía que debía ser directo con el y contarle los detalles de lo que está pasando.
El sabe que renuncié a la Yakuza cuando creí que Jenn estaba muerta. No creía que me dejarían ir pero el sabe que hice un trabajo excelente liderando en estados unidos. Por eso me dejaron ir sin consecuencias.
Le conté que necesitaba ayuda para saber en donde estaba el clan de Kang aqui en Japon.
—Estas jodido —me dijo—, el clan de los Kang aquí en Japón es enorme y destronarlos, sera difícil... Mas no imposible —sonrió— te ayudare, pero quiero algo a cambio, ya sabes cómo es esto Tanaka.
—¿Que quieres a cambio?
—A Hirai.
—¿Que? No —negué— no puedo darte a Hirai, ella no es un objeto.
—Calla, que no quiero que me la entregues de la manera que crees, amo a esa loca y quiero que sea mi señora, solo necesito saber en donde esta, solo eso.
—Como se yo que no le harás daño.
—Por que la amo por eso, sabes que soy un animal pero jamás lo sería con ella... Soy un hombre de palabra y te consta, asi que tu decides.
No sabia si confiar en el, pero si era lo que quería se lo daría. Hirai sabrá que hacer, al final termine asintiéndole. Habíamos hecho un trato, solo espero que cumpla su palabra.
—Ahora que tenemos un trato, mañana mismo vamos por ellos... Por ahora ¿quieres una chica? Tengo a las más hermosas de Osaka.
—No —negué—, tengo mi mujer asi que no lo necesito.
—Como quieras, ahora cuéntame sobre los Kang, yo se poco de ellos, quisiera saber mas a fondo por que te interesa rescatar a Dak Ho.
¿Por que lo hacía?
Por Jenn. Por nadie más.
Se que su abuelo es quien lo está controlando ahora y no puede hacer nada. No me sorprenderia que lo esté envenenando o algo parecido para que vaya muriendo poco a poco. Al anciano no le conviene que Dak Ho se aparte, quiere tenerlo a su lado a toda costa.
Aun siento un poco de rencor por que el me habia dado una paliza, pero al final termino dejandome con Jenn y mis hijos. Ahora se lo debo.
La verdad es que, Dak Ho siempre fue un hombre que no le temía a nada o a nadie, pero ahora estaba siendo un títere de su abuelo. Quisiera saber la razon del por que el lo permite, quisiera poder hablar con el y que me lo explicara.
Por ahora no hay marcha atrás, dentro de poco el clan de los Kang sera eliminado de aqui de Japon, era lo que estábamos necesitando.
Me había prometido hacer todo lo que estuviera en mis manos para poder proteger a mis hijos y a Jenn, haría todo lo que no pude por ella en todo el tiempo que estuve lejos y sin saber que seguía con vida.
Jenn y mis hijos son todo lo que necesito ahora. Necesito que ellos estén a salvo, cuando todo esto termine, la llevaré a casa de sus padres, en donde siempre debió estar. Se que hacer esto, no sera sencillo, pero si tengo que dar mi vida por ella y mis hijos, lo haré sin pensarlo.
Quiero que mis hijos estén seguros al igual que ella. Es lo único que quiero.
(...)
—Estoy bien linda, he obtenido un trato, así que podremos hacerlo.
—Qué alivio —ella suspiró—, por favor, asegurate de llegar a casa ¿si? Sabes que te espero aquí.
—Lo se, regresare a casa, lo prometo, ¿Como estan mis niños?
—Están bien.. Están en casa.
—¿Que? ¿No estás en casa?
—No.
—Jenn por Dios ¿Donde estas?
—Iré por Dak Ho —murmuró—, recibí su llamada —se le quebró la voz—, se enfrentó a su abuelo y el anciano terminó disparándole. Lo siento mi amor, debo ir por el..
—No Jenn, no vayas —dije angustiado— si algo te pasa...
—No me va a pasar nada, estoy con Seok Jun y Jiwon, te llamaré cuando tenga a Dak Ho conmigo, te amo —colgó.
—¿Jenn? —mire el teléfono— maldita sea... Joder Jenn, espero que nada malo te pase.
No iba a poder dormir con esto. Confiaba en Jiwon de que iba a protegerla, aun asi tenia miedo de que le pasara algo a ella. Creo que esta vez si no lo soportaría.
Hasta donde se, Jenn ha tenido entrenamiento con armas entre otras cosas. Jiwon tambien asi que espero que todo salga bien en ese rescate.
Eso me llevó a pensar en todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos vivido durante todo este tiempo. Todo lo que Jenn sufrió estando encerrada a manos de ese viejo, de como le arrebataron a nuestros hijos, de como nos hicieron creer que ella estaba muerta, todo.
Lo único que queríamos era que ella estuviera a salvo.
No dejaba de sentirme culpable por haberla metido en esto, pero mi amor era más grande que cualquier cosa, me importaba poco si tenia que compartirla, renunciar a todo, solo por ella.
Por eso estoy haciendo esto.
(...)
Al dia siguiente:
No había recibido llamada de Jenn desde hace horas, traté de llamarla pero no pude, su teléfono salía apagado y no pude comunicarme más.
Ahora estaba preparándome con el clan de Osaka para ir por el clan de los Kang.
Nishimura encontró toda la información de ellos, en donde estaban y cuántos eran. El pensaba en invadirlos y asesinarlos, yo no quería estar metido en esto, pero no tuve más opción que aceptar ir con ellos.
—Señor Tanaka.
—Muchachos —dije sorprendido— ¿Que hacen aqui?
—Nosotros nos vinimos después que usted renunció —respondió uno de ellos—, el clan Nishimura nos recibió, nos dio empleo y asilo.
—Ya no hay Yakuza en estados Unidos, no había nada para nosotros.. Los Kkangpae tomaron todo el barrio chino, todo ahora les pertenece.
Sabía que algo así sucedería, me sentía mal por ello, pero no quería liderar la Yakuza allá si no tenía un motivo para hacerlo. Por suerte los refugiados siguen estando a salvo al igual que mi fábrica, todo eso lo maneja Kyoto junto a Hirai.
Ahora los Coreanos dominaban todo el territorio.
—Nos enteramos de lo que piensa hacer y el por qué está aquí, sabe que cuenta con todo nuestro apoyo.
—¿Es cierto que ya es papá? Que la señora Jenn tuvo gemelos.
—Si, un par de gemelos llamados Ji Ho y Ji Ah... Son muy parecidos a ella.
—Felicidades señor, sabemos que no fue sencillo para usted lidiar con la ausencia de la señora —murmuró—, pero nos alegramos de que este con vida y que este con sus hijos.
—Gracias muchachos, de verdad se los agradezco.
Ellos siempre me fueron leales. Han sido leales conmigo y la organización desde hace mucho tiempo, me alegra saber que Nishimura los haya acogido y les haya dado trabajo. Yo les habia dejado dinero pero sabía que ellos necesitaban trabajar para poder sobrevivir.
—Que lindo reencuentro —Nishimura apareció— pero debemos irnos, las camionetas están listas al igual que las armas.
Todos los muchachos salieron de la casa. Nishimura se acerco a mi para darme un arma.
—Se que eres bueno peleando a puño limpio, pero ellos están muy armados, vas a necesitarla.
Solo asentí, luego lo seguí hacia las camionetas que ya estaban listas. Hace mucho que no hacía algo como esto, pero estaba listo. Si tenía que eliminar todo que tenga que ver con los Kang, lo hare sin pensarlo.
Me subí a la camioneta para irme con Nishimura hacia el otro lado de Osaka. Me informo que el lugar es una especie de fortaleza pero sabía cómo entrar ya que tenía un infiltrado dentro.
—¿Por que tienes un infiltrado?
—Por que no pienso dejar que los Coreanos manden en territorio Japones —encendió un cigarrillo—. Eso jamas, por eso envié a uno de mis hombres solamente para que me dijera como entrar.. Los malditos Coreanos se quieren adueñar de todo —soltó una risa—, por eso tienen que morir aquí..
Su odio a los coreanos es demasiado, a veces ronda lo ridículo pero bueno, el tiene sus motivos.
Las camionetas se estacionaron justamente al frente de una casa. Una enorme casa que justo ahora estaba siendo un completo caos. Nishimura sonrió de manera victoriosa al ver que el plan estaba saliendo a la perfección.
El se fue hacia adentro y yo lo seguí. Todo era un caos, cuerpos tirados, disparos por doquier y todos peleando. Yo, comencé a dispararle a todos los que eran de los Kang, tenía que eliminar uno por uno.
Nishimura se fue a buscar a alguien, yo, seguí ayudando a los muchachos a eliminarlos a todos, algunos trataron de golpearme pero jamás lo lograron ya que tenía el respaldo de los chicos. No podía dejar que ninguno quedara con vida.
Descargue toda mi ira contra ellos. Estaba tan molesto con ellos, por todo lo que he pasado con Jenn y mis hijos. De cómo ese anciano nos ha hecho la vida imposible solamente por querer amarla a ella. Estaba descargando toda la ira que tenía retenida desde hace mucho tiempo.
Uno de ellos venía hacia mi para golpearme, le tome el saco y lo golpee múltiples veces lastimándome los nudillos, le rompi la cara para después hacerlo con el cuello, ninguno de ellos debía quedar vivo.
Falta poco para acabar con el anciano.
(...)
Estaba jadeando mientras miraba a los demás como se estaban curando las heridas, encendí un cigarrillo y tome la botella en mis manos. Encendimos la casa en donde estaban dejándolos muertos a todos.
Ahora no tenían donde jodernos los Kang.
—Bien hecho Tanaka —me dijo Nishimura— no has perdido el toque.
—Supongo que es por la rabia que tenia guardada —me rei.
—¿Qué harán ahora que el clan está eliminado?
—Asesinar al anciano y lo que queda de el... Tanto mi mujer como otras personas desean matarlo, veremos quien lo hace primero.
—Vaya que te metiste de lleno por una mujer..
—No se trata de eso Nishimura, se trata de la traición... El anciano nos hizo creer muchas cosas, incluso se inventó una historia de mi padre con el, que ambos estaban enamorados de la misma mujer —rei—, el muy bastardo sonó tan convincente que no los creimos.
—Los Kang tienen esa fama —se encogió de hombros—, pero ¿Confías en Dak Ho?
—Si, a pesar de que fue un imbécil e hizo todo mal, confió en el.. El ama tanto a Jenn como yo, lo único que queremos es protegerla a ella y a mis hijos.
—Supongo que puedo entenderte... Me pasó con Hirai, pero yo si no pude hacer nada por ella, al menos te tenia a ti, pero ahora se que puedo intentarlo.
—La lastimas y te mato —lo señalé— ella es mi hermana.
—No te preocupes, que antes de que eso pase... Me corto los dedos, ahora, haz que te curen, estas hecho m****a.
Le asenti. Uno de los muchachos se acercó a mi para curarme los nudillos. Mientras me fumaba un cigarrillo, recibí un mensaje de Jenn.
Regresa a casa, te necesito.