Jenn:
—¿Falta mucho señor Park?
—Unos cuantos minutos señorita, Busan es un poco lejos.
Jiwon me envió a buscar para ir hacia Busan, no me dijo para que, pero que empacara algunas cosas ya que me quedaria alla. Se me había ocurrido la idea de que pudo haber encontrado una pista sobre mis hijos.
No quiero hacerme malas ideas o ilusiones, por que honestamente, las estoy perdiendo.
No me arrepiento de haberme enamorado de ellos, por que viví cosas y experimenté cosas que no había hecho antes, me enamore, me rei, llore, pero mas que todo, sufri. Sufrí por ellos, por que pensaba que la estaban pasando mal creyendo que estaba muerta. Pero el saber que siguieron su vida, me duele.
Lloré por tres años por la ausencia de mis hijos, aun me duele saber que están creciendo sin mi a su lado, que me perdi de demasiadas cosas por culpa de esa familia.
—Llegamos.
El señor Park me abrió la puerta del auto y le agradecí, esta casa era enorme mas grande que la de Seúl. Además de que hay mas seguridad de lo habitual.
—Llegaste —Jiwon me recibió con una hermosa sonrisa.
—Fue un viaje largo, aun me debes una explicación... Te fuiste sin decirme a donde.
—¿Te preocupaste por mi? —rodeo sus brazos en mi cintura— por que si es asi, me pierdo sin decirte nada.
—Oye, no es gracioso, es válido que me preocupe un poco.
—Eso me gusta —beso mi mejilla—, bien, si estas aqui es por que hay un par de personas que quieren conocerte, son personas importantes.
—Entiendo, entremos entonces.
Se separo de mi y tomo mi mano para llevarme hacia adentro de la casa, en la sala o cocina no había nadie. Jiwon de se detuvo para mirarme.
—Tienes que mantener la calma ¿si?
—No entiendo.
Se poso detrás de mi y me tomo de los brazos, me empujo un poco para que caminara, al hacerlo divise el enorme ventanal que conectaba del comedor hacia el jardín.
Mi vista se fue hacia Seok Jun quien corría junto a una pelota azul, de inmediato me paralice al ver un par de niños jugar con el. Mis piernas fallaron haciendo que cayera al suelo, sostuve con fuerza las manos de Jiwon.
—Son tus hijos Jenn —susurro.
—No puede ser —estaba en shock— ¿Como es que..?
—Ya te lo explicare —me ayudó a ponerme de pie—, ellos creen que fueron adoptados —lo mire—, se que es duro, pero estan pequeños y aun no entienden las cosas.
Solo le asentí.
Jiwon me guio hacia el jardín, Seok Jun nos vio llegar y sonrio, tomo las manos de mis hijos y los trajeron hacia mi, era imposible no soltarme a llorar al verlos. Me impresione al ver el enorme parecido que tienen con sus papas.
El niño es la copia de Dak Ho y la niña de Ryosuke.
Me solté de Jiwon para ponerme de rodillas.
—Mis niños —susurre con voz rota—, Dios son tan hermosos.
—Hola —dijo el niño—, soy Ji Ho y ella es Ji Ah, mi hermana.
—Hola Ji Ho —extendí mi mano y el la tomo—, soy Jenn, su mamá.
—Eres bonita.
Los atraje hacia mi para abrazarlos con fuerza, ahí fue en donde me rompí por completo. Después de sufrir por tres largos años, al fin tenía a mis pequeños conmigo. Tuve que calmarme para no asustarlos.
Se sintió como si los estuviese cargando por primera vez, no podía controlar mi llanto, esto era mucho más fuerte que yo.
—Jiwon, Seok Jun, gracias —los mire a ambos—, muchas gracias.
—Estas cosas me ponen sentimental —Seok Jun miró hacia otro lado.
(...)
Mas tarde.
No quería despegarme de mis hijos, pero tampoco quería asustarlos o agobiarlos, ya que todo esto es demasiado nuevo para ellos.
Aun así, la felicidad que sentía en este momento, no se comparaba con nada.
Estaba enamorada de mis hijos, de lo hermosos que son, lo fuertes que han sido durante estos tres años. Ji Ho es bastante listo, además de sobreprotector con su hermana. Se preocupa demasiado por ella y su bienestar. Me alegra que proteja a su hermana.
Jiwon me contó en cómo los encontró, esto que hizo, se lo voy a agradecer toda la vida. Me ha regresado la felicidad.
—Todo esta bien con ellos —me dijo Seok Jun—, nos encargaremos de lo demás.
—¿De lo demás?
—De los Kang —me respondió—, O seguirá en pie tu venganza.
—Claro que seguirá en pie mi venganza —dije firme— ¿crees que esa familia se quedara tranquila? No —negué—, ellos no se quedaran tranquilos, menos ahora que encontré a mis hijos... La cicatriz en mi y en ellos, no hará que yo me rinda, todo lo contrario. Tengo que destruirlos.
Mis niños tienen una cicatriz en sus brazos que reflejan aquella cesárea mal hecha en la que ellos pudieron haber muerto. Pienso cobrarme eso, los meses, los días en los que estuve encerrada dentro de aquella habitación. De los tres años que me perdí de mis hijos, cada una de mis lágrimas se las pienso cobrar.
—Pues ya sabes que cuentas conmigo —me dijo Seok Jun—, pero tienes que saber que lo de tus hijos, sera noticia ¿no? Ya ellos sabran que estan en tu poder.
—Lo se, eso me queda claro, por eso pienso dejarlos aquí y quedarme con ellos, por ahora quiero recuperar esos años —dije con tristeza—, que se acostumbren a mi y cuidarlos, me siento tan triste y feliz a la vez Seok Jun —mis ojos se empañaron—, estoy feliz, pero... Mi felicidad no es como lo esperaba.
—Lo se Jenn —me dio un abrazo—, se que esto no era lo que esperabas, pero ahora están contigo y nosotros vamos a protegerlos.
—Gracias por lo que hicieron por mi, no tengo como pagarles esto.
—Claro que si —se aparto de mi—, siendo feliz y por supuesto dejándome ser su abuelo.
—Seok Jun, no te imagino como abuelo, pero creo que no hay mejor opción que tu para eso.
—Cuide bien de Jiwon así que tengo experiencia —ambos reímos—, te dejo. Debo ir a ver unas cosas, nos vemos mas tarde.
Le asentí y el se fue. Yo me quede en la cocina pensando en mis padres, aun no me siento con el valor de llamarlos y decirles lo que está pasando. Probablemente muchas personas ya sabran que sigo viva y se que pronto se formará un enorme caos.
Estaba feliz, pero triste a la vez, se supone que me sentiría bien, pero no es así. Quizá por que esperaba que ellos estuviesen a mi lado, se han portado mal conmigo y aun sigo queriendolos, pero no por eso correré a decirles que tengo a mis hijos, no pienso arriesgarme a nada.
Se que probablemente el anciano pudo haberse quedado con Ji Ho y criarlo a su imagen y desechado a mi hija, tal vez si, tal vez no, no lo se.
Por eso no pienso dejar que ellos se acerquen a mis hijos. Ahora Dak Ho hará su vida y Suke... El no se como esta, por que pese a que no me habia creido, miraba el dolor en sus ojos.
—¿En que piensas? —Jiwon se sentó a mi lado.
—En ellos —me sinceré—, en que pronto estaran aqui reclamando ver a mis hijos.
—Lo suponía, pero puedes negarte, tienes muchos motivos.
—Así es... —lo mire— Jiwon, gracias por encontrar a mis hijos. No me cansaré de agradecértelo.
—Lo hice por ti, ya no quería verte sufrir así.. Además, son unos niños maravillosos, entable una buena conexión con Ji Ho, es muy listo.
—Lo es —sonreí.
—Ya deja esa tristeza ¿si? —se puso de pie y se metió entre mis piernas y tomo mi rostro— odio verte así.
—Es inevitable Jiwon —susurre—, mis hijos estuvieron lejos de mi por tres años.
—Pero ahora están contigo, puedes crear recuerdos buenos con ellos —beso mi frente.
Escuchamos un llanto, aparte a Jiwon y casi que corrí, Ji Ah venia llorando arrastrando su peluche.
—¿Que pasa mi amor?
—Hermanito.
La alcé en mis brazos y la abrace, ella se había quedado dormida y Ji Ho estaba en mi habitación, ambos se negaban a separarse.
Camine hacia mi habitación y la deje sobre la cama, ella abrazo a Ji Ho quien dormía plácidamente. Dios, es igual a Dak Ho.
—Mami —Ji Ah me miro—, duerme aquí.
Se siente tan bien que me llamen mamá.
No me negué, no podía negarme a hacerlo. Me acosté al lado de Ji Ah quien sostuvo mi dedo con su mano. La tristeza que tenia en este momento se había ido, ahora debía hacer lo que me dijo Jiwon, hacerlos sentir cómodos y crear nuevos recuerdos con ellos.
Pero no podía bajar la guardia, ahora que estaban conmigo pienso eliminar a las personas que quieran hacerles daño. La primera persona que estará en mis manos sera ella.
Jeon Areum.
La maldita perra que se los llevo. No pienso quedarme con los brazos cruzados.
(...)
A la mañana siguiente.
Miraba a Ji Ah, delineaba su cara con mis dedos, era tan idéntica a Ryosuke, incluso tenia ese lunar en la nariz que tiene el. Al menos saco algo de mi que fue el cabello, lo tiene abundante y largo.
Ella abrió sus hermosos ojos y se puso tímida.
—Hola muñequita —le sonreí— ¿dormiste bien? —asintió.
Miro detrás de ella para verificar que Ji Ho estuviera a su lado, aún no se acostumbra a estar sola puesto que dentro del orfanato, eran solo ellos dos.
Sonreí al ver a Ji Ho sentarse y tallarse los ojos, era igual que Dak Ho cuando se levantaba.
—Buenos dias —me miró— ¿como dormiste?
—Bien mamá... Lo siento —dijo apenado.
—Dime mamá ¿si? Soy su mamá después de todo —me senté y me acerque a darle un beso en la frente, el asintió—, bien. Vamos para que cepillen sus dientes.
—Buenos días —Jiwon entro a la habitación— ¿durmieron bien? —los niños asintieron— Me alegra oír eso, el abuelo Seok Jun preparó una enorme cantidad de comida, coman y se alistan por que daremos un paseo por Busan.
Los niños se bajaron de la cama y se fueron a la habitación de al lado.
—Me sorprende lo independientes que son, están muy pequeños.
—Asi es la cultura de aquí —dijo el encogiéndose de hombros—, nos enseñan a ser independientes desde pequeños... No te preocupes que mientras estés con ellos, no dejarán de ser niños.
—Lo se —me puse de pie—, no dormi —rei—, se me hizo imposible.
—Puedo imaginar el por que —se acerco a mi— ¿te han dicho que eres hermosa?
—Muchas veces —volví a reír.
—Eso me pone celoso —me pego a su cuerpo—, quiero ser el único que te lo diga.
Su pulgar toco mi labio y la mano en mi cintura bajo a mi trasero para darle un apretón suave.
—Estás siendo demasiado atrevido Jiwon —sonreí.
—Tu me hacer ser así —sonrió de lado—, quiero hacerte el amor Jenn.
Jadeé ante sus palabras, no suele ser tan directo. Pero esto me ha dejado nerviosa, más nerviosa de lo que el ya me tiene.
—Jiwon —jadee.
Mis ojos se cerraron al sentir como beso mi cuello y pasaba su nariz por este hasta llegar a mi oído.
—Quiero oírte gemir mi nombre, en algún momento eso pasara florecita —volvió a besar mi cuello—, prometo ser paciente —se apartó de mi y me dio un beso.
Salió de la habitación dejándome con la piel erizada y cuerpo inestable. Tengo que controlar estas ganas pero es imposible, las manos de Jiwon hacen maravillas y eso lo comprobé aquella noche.
—Mama —Ji Ho apareció— ¿estás bien? Estas roja.
—No es nada mi amor —lo cargue—, te amo mi pequeñito —bese su mejilla y el rio—, hoy daremos un lindo paseo por todo Busan, te comprare todo lo que me pidas.
Planeo consentir a mis hijos en todo lo que me pidan, no me importa si los malcrio. Quiero disfrutar todo lo que no pude estos tres años, disfrutar estos momentos de paz, por que despues de esto, se va a desatar una enorme guerra y no pienso dejar a mis hijos en el medio.