531. LA PSICÓLOGA ELIZA
La habilidad que siempre lo ha caracterizado para hacerme sentir que todo estará bien y que siempre me ha dado fuerzas hoy se siente rota, como yo. Lo cual hace que él ni siquiera pueda hacer frente al dolor.
—Quiero que el tío Luigi me vuelva a poner con mamá —repito, recuperando un poco de mi voz. Siento que decirlo en voz alta lo hace más real. Más urgente.
—Haré que el tío Luigi lo arregle, mi cielo —promete. Me mira con amor—. Pero, ¿estás segura de que eso es lo que necesitas ahora?
Sé a lo que se refiere; estoy recién operada y ni siquiera debo moverme. Por un momento dudo, pero el vacío que siento es tan grande que escuchar la palabra "mamá" me llena de una pequeña dosis de consuelo.
—Sí, sí lo necesito —respondo con determinación—. Quiero estar cerca de ella, como cuando todo estaba bien. Aunque no lo esté. Aunque nada esté realmente bien.
Gerónimo me observa, y sé que está analizando profundamente mis palabras. Pero no se me escapa el amor, la paciencia y la volunta