Valery miró a Jacob con una ternura que ocultaba mil tormentas, y en su mirada había algo más que cariño, una decisión tomada, una verdad oculta tras palabras cuidadosamente seleccionadas.
—Necesitaré unos días para mover una… herencia familiar —dijo, su voz suave, medida, como si cada palabra escondiera una historia enterrada.
Jacob sintió una punzada de inquietud. Sus cejas se alzaron ligeramente, y un pliegue leve surcó su frente.
Jacob arqueó una ceja, sorprendido.
"¿Herencia? ¿Desde cuándo tiene familia? Nunca la escuché mencionar a nadie", pensó, intentando no sonar invasivo, pero sintiendo que acababa de pisar terreno desconocido.
—¿Herencia? Nunca me hablaste de tus padres…
Ella bajó la mirada, no fue un gesto ensayado, fue real, como si un recuerdo seco y distante golpeara su mente, como quien agarra un libro empolvado del estante e intenta leerlo.
—No queda nadie, solo lo que dejaron —respondió con un tono que no invitaba a más preguntas.
Él asintió con dulzura, sin saber qu