Mundo ficciónIniciar sesiónAunque mis pensamientos seguían enredados en todo lo que había ocurrido, no podía permitirme descuidar mis responsabilidades.
Retomar las clases después de aquellos días turbulentos resultaba tedioso, casi una tortura. No era algo que extrañara en lo absoluto, pero a fin de cuentas era necesario.El conocimiento nunca sobraba, incluso cuando algunas materias parecían diseñadas para robarme la energía y las ganas de vivir. Historia, en particular, era la peor de todas. Entendía su importancia, claro, pero la voz monótona del instructor parecía arrastrarme hacia un sopor del que costaba escapar. Aquel día había sido un maratón agotador. Apenas si tenía tiempo de respirar entre lecciones. Cuando una terminaba, la siguiente empezaba sin dar tregua, y mis pensamientos quedaban enterrados bajo una montaña de nombres, fechas y lecturas obligatorias. A duras penas me permitieron engullir algo rápido antes de que el ritmo de la jornada volvie






