Mundo ficciónIniciar sesiónAquel vestido, que en un inicio no era mío, ahora parecía hecho para mí. La tela blanca caía con una elegancia natural sobre mi cuerpo, y cada detalle bordado en oro lo hacía brillar con una delicadeza etérea. La espalda descubierta, que al principio me había preocupado, se transformaba ahora en un detalle fascinante gracias a los finos hilos de piedras doradas que se entrelazaban como una red de luz tenue.
Catherine, como siempre, había hecho un trabajo impecable. Los velos que eligió parecían brotar del vestido mismo, extendiéndose a mis costados y ondulando con cada respiración, como si el aire los reclamara. Lo que más me sorprendía, sin embargo, no era el vestido en sí, sino mi reflejo. El maquillaje resaltaba mis rasgos con una intensidad inusual, marcando mis ojos y labios de un modo más dramático del que estaba acostumbrada.Las joyas en mi cuello y muñecas brillaban como llamas bajo la luz, y en mi cabeza d






