Mundo ficciónIniciar sesiónEl calor de un cuerpo junto al mío fue lo primero que noté al comenzar a despertar.
Esa calidez familiar, envolvente, fue lo que provocó que abriera los ojos lentamente, aún sumida en la bruma del sueño. La respiración pausada de la persona a mi lado marcaba un ritmo tranquilo, casi hipnótico, y sus brazos rodeaban mi cintura con una delicadeza protectora, como si temiera que desapareciera si aflojaba el abrazo. Parpadeé unas cuantas veces, ajustando mi vista a la tenue luz que se filtraba en la habitación, y levanté la cabeza con lentitud, queriendo ver con claridad el rostro de quien me sostenía con tanto cuidado. Durante un instante, el miedo me invadió. No lo reconocí de inmediato.El cabello de aquel individuo era de un negro profundo, casi azabache, tan oscuro que parecía absorber la luz. Por un momento, mi cuerpo se tensó, lista para huir, para alejarme de aquel desconocido que dormía tan cerca de mí. Pero






