Capítulo 62. Verdades a Medias.
La conversación con Jack había encendido una chispa de alerta en la mente de Noah Koch. La idea de que Amelia estuviera siendo manipulada, de que alguien estuviera sembrando dudas y mentiras en su mente fértil, lo llenó de una furia gélida, muy distinta a la rabia impulsiva de sus celos. Se trataba de la furia de un león protector, por lo que no iba a perder ni un minuto más.
A primera hora de la mañana, Noah mandó llamar a Erika. No en su oficina, sino en un discreto salón de la mansión, lejos de oídos curiosos. Quería una confrontación directa, sin rodeos. Cuando Erika entró, su sonrisa habitual vaciló al ver la expresión pétrea de Noah.
—Buenos días, señor Koch —dijo Erika, intentando mantener la compostura.
—Buenos días, Erika —la voz de Noah era baja, pero cargada de una amenaza implícita que hizo que a Erika se le erizara la piel—. He recibido información preocupante. Información que te concierne y que concierne a Amelia.
Erika se puso tensa. —¿A mí? ¿A Amelia? No entiendo, seño