88. Desesperado por ella
Los disparos habían cesado hacía minutos.
El viento helado del puerto arrastraba olor a metal y gasolina, mezclado con sangre fresca.
Dimitry Romanov caminaba entre los contenedores con el arma en la mano, mirada afilada y el abrigo negro empapado.
A su lado, más relajado, con el mismo caos tatuado en la piel pero una sonrisa casi perezosa, iba Valerik.
—Si hubiéramos disparado al tercero cuando te dije, ya estaríamos camino a casa —murmuró Valerik limpiándose la sangre del nudillo con su camisa—. ¿Te dije o no te dije?
Dimitry entornó los ojos.
—Cierra la boca. No estás pensando, estás desesperado por volver con mi hermana.
Valerik sonrió con descaro.
Apenas había podido concentrarse después de la maldita foto que Rashel le había enviado.
Su rostro hermoso, su labio inferior siendo mordido por sus dientes perfectos, el rubor cubriendo su rostro y cuello, pero la visión de sus pechos llenos casi hizo que se fuera desesperado solo por tenerla.
Aquella imagen lo tenía desesperado, dispue