134. Ava también es mi hija
Yelena no podía creer que Satarah estuviera allí después de todos esos meses pero
enseguida notó su mirada retadora, una que Natalya no poseía. Esa que le había dejado
claro quién era ella.
Otra vez había dejado a su hijo desecho en dolor y si no hubiera sido por Ava, Dimitry
hubiera perdido la cabeza como hace siete años atrás cuando ella no había podido
controlarlo hasta que Dimitry volvió a verla.
¿Cómo debería actuar ahora frente a ella?
Sabía que esa mujer era su cable a tierra pero también era la perdición que Dimitry era
imposible de ignorar, además de que también era la madre de su nieta, había presenciado
más de una vez que la niña lloraba, sabía que era la necesidad de ver a Satarah lo que la
ponía tan mal, por eso debía hacer que se quedara.
Casi parecía irónico que ella estuviera tratando de pensar en cómo lograr que Satarah se
quedara con ellos. De pronto recordó su sospecha de antes que Satarah desapareciera,
creía que estaba embarazada y eso solo la hacía pensar en que