135. Quédate detrás de mí
Gian mantenía los ojos fijos en la carretera mientras apretaba las manos firmemente al volante tratando de ignorar el ambiente denso que estaba a su alrededor cargado de una tensión que sentía en cada uno de sus huesos, trató de inhalar profundo para calmar sus sentidos pero el aroma a vainilla del perfume de Natalya no lo ayudó sino que causó en su cuerpo todo lo contrario.
Apretó la mandíbula intentando mantener la calma pero ya sentía su cuerpo responder ante su embriagador olor.
—Dannazione, cosa c'è che non va? (Maldita sea, ¿Qué me pasa?) —masculló por lo bajo.
—¿Estoy molestándote, Gian? —susurró ella por lo bajo antes de tocar ligeramente el antebrazo de Gian pero al ver que él se estremecía enseguida se apartó poniéndose pálida.
No solo por su reacción, sino también por que el toque inesperado de su parte no causó malestar en ella, no como la cercanía de cualquier otro hombre que no fuera Dimitry y ahora él.
—Lo siento.
Gian volvió sus ojos hasta donde estaba ella completament