11. ¿Y si ella… se enamora de él?
Rashel se movía sobre el escenario concentrada en el baile.
Dos días lejos de casa.
Dos días en que sentía que las cosas habían cambiado para siempre.
Estaba tratando de dar lo mejor en el baile y sabía que estaba mejorando poco a poco, aunque no salía porque no conocía a nadie en la ciudad, intentaba ensayar en casa también sin descanso.
No porque lo necesitará seriamente, sino porque quería mantener su cabeza ocupada, lejos de él, pero cuando estaba acostada sobre su cama, el recuerdo de la calidez de sus labios y lo que experimentó al besarlo, llegaba como un verdugo oprimiendo su pecho y su respiración.
Valerik la desestabilizaba como nadie nunca lo había hecho y eso la inquietaba. Había prometido a su padre olvidarlo, se lo había prometido así misma, sin embargo, decirlo no era lo mismo que hacerlo.
Afortunadamente, logró acabar la rutina, tal cual la había ensayado y dejó salir un suspiro de sus labios, orgullosa de sí misma.
Ni siquiera tuvo tiempo para sonreír cuando el sonido