April salió de la oficina de Edward Snowden con una inmensa sonrisa en el rostro, luchando por no soltar una estruendosa carcajada. Él solo pensar en su jefe, que era todo un don Juan, de pronto casado, le hacía querer reír hasta que las costillas le dolieran.
Desde que egresó de la universidad, los Snowden le dieron la posibilidad de trabajar como la asistente de Edward en la productora. Desde ese entonces, no solo fueron colegas, además surgió un gran amistad. La joven se dejó caer en su silla, recordando aquellos días. Años antes... Abril estaba demasiado nerviosa, los Snowden le habían insistido en que se presentará a la entrevista para el puesto de asistente ejecutiva, en un comienzo se había negado, pero el patriarca de la familia le había asegurado que si le daban el puesto era como una recompensa a su arduo trabajo académico. Y ahí estaba ahora, frente al encargado de personal. —Señorita April, permítame felicitarla por su nuevo cargo dentro de esta empresa. Comienza hoy mismo, le deseo muchísima suerte y haga su mayor esfuerzo. —Dijo el hombre con calma. —Muchisimas gracias por la oportunidad, le prometo que daré mi mejor esfuerzo. —Respondió con entusiasmo. April fue guiada a la sección donde le tocaba trabajar, el hombre de seguridad le mostró su escritorio y le dió espacio para que la joven acomodara sus cosas. Una vez estuvo lista el hombre se retiró y ella decidió presentarse ante su nuevo jefe. Claro, su mejor amiga y hermana de Edward, le advirtió que tuviera cuidado, por que su hermano era todo un Don Juan y a pesar de que April lo conocía y alguna vez en su adolescencia suspiró por el hermano mayor de su mejor amigo, ahora era toda una mujer y estaba en una relación. April golpea la puerta de su jefe con suavidad, sintiéndose bastante nerviosa. Se queda ahí, quieta, hasta que la masculina voz de Edward la invita a pasar desde el interior. —Buenoa días, señor Snowden. Mi nombre es April Thompson, soy su nueva asistente. —April esbozó una sonrisa cuando Edward posó su mirada en ella, recorriendo todo su cuerpo con esta. —¡Eres hermosa, justo de mi tipo! ¿Te habían dicho alguna vez cuan bonita eres? —April, ante el coqueteo descarado de su jefe se traga las ganas de reír. ¿De verdad no la reconoce? —Si, me lo han dicho, además, también me miro a diario en espejo y se cuan bonita soy. El punto, es que estoy aquí para trabajar y no para meterme en su cama. Así que, encarecidamente le suplico que deje de intentar ligar conmigo. Tengo pareja y me siento bastante feliz con él. —Se cruzó de brazos en un gesto claramente desafiante. —Le pido mil disculpas, señorita Thompson. Realmente mi intención no era ofenderla, pero no se preocupe, no volveré a hacerle una insinuación de ese tipo. —Se pone rápidamente de pie y aparta la silla que está frente a su escritorio. —Tome asiento, por favor. —Lo que menos deseo es que exista algún tipo de incomodidad entre nosotros, después de todo usted es la mejor amiga de mi hermana y lo que aconteció hace un momento fue una prueba. No deseo una asistente que pueda manifestar algún interés amoroso en mí. —Pensé que no me habías reconocido... —Extiende su delicada mano y Edward la estrecha. —Comprendo su punto de vista y disculpas aceptadas. También deseo que sepa que no estoy aquí por recomendación de su padre, estoy aquí por que confiaron en mis capacidades. —Lo sé, señorita Thompson. Usted es justo lo que busco, una persona que quiera aprender y trabaje codo a codo conmigo, que me dé su punto de vista objetivo, algo que no puedo obtener de mi familia. —Esbozó una sonrisa torcida. —Algo me dice que usted y yo, seremos un gran equipo. Desde aquel momento, Edward y April se volvieron colegas y grandes amigos. Incluso, el prometido de April se hizo un gran amigo de él. Ella conocía todos sus secretos y sabía por qué le rehuía tanto a las relaciones de pareja. Actualidad... April se sentó en su escritorio e inmediatamente ingresó a una página web de gran renombre, llamada "Esposas de Compañía." Años atrás, el hermano de su prometido consiguió una esposa de compañía, todo salió de maravilla y él pudo cobrar la herencia de la abuela. En la web no solo habían "esposas," también habían damas de compañia que de alquilaban por hora o por días, donde mayormente eran prestigiosas modelos, mujeres de ensueños. También estaba la sección de "Escort" donde mujeres voluptuosas y hermosas vendían su cuerpo por algunos dólares. Seleccionar a las candidatas no fue tarea fácil. April conocía de sobra los gustos de su jefe, por lo que seleccionó varias chicas. La búsqueda se redujo a 3 mujeres, cada una de ellas bastante atractivas, cabello castaño y largo, estilizadas, buen porte, cara bonita y preparadas. Finalmente, escogió a una de ellas. Era una mujer joven, atractiva, su presentación personal logró llegarle. Esa mujer tenía problemas económicos bastante críticos y había un problema, el cual no especificó, que debía de solucionar. Tenía varias propuestas, a pesar de ser ingresada hace unos pocos días en la plataforma. Antes de irse a casa esa tarde, April pujó en la subasta, ofreciendo el doble. Sabía que de ese modo, lograría que esa mujer fuera la nueva señora Snowden. Al día siguiente, la notificaron de la plataforma, informándole que había ganado la subasta y la joven estaba a su completo servicio. En la plataforma le ofrecieron el número de contacto para comunicarse con la mujer. April, inmediatamente la llamó, habían varias solicitudes que necesitaba hacerle. —Buenas tardes —saludaron desde el otro lado de la línea con voz dulce y melodiosa. —Buenas tardes, mi nombre es April Thompson, asistente del hombre que contrató tus servicios como esposa de compañía. —Carraspeó suavemente antes de proseguir —necesito pedirte algunos documentos, primeramente necesito una foto de tu identificación, una copa de tu certificado de nacimiento, tu papel de antecedentes y un certificado médico que indique que estás limpia. —Hola, mi nombre es Sabrina Thank... Claro, mandaré todos los documentos que me solicita, los tengo listos, solo deme una dirección de correo e inmediatamente los envío. —Perfecto querida, siendo así, mañana te envío los documentos para que los firmes y una vez hayas firmado se te depositará en tu cuenta el dinero. —Sin más que decir, cortó la llamada, mandando de inmediato su correo electrónico personal para poder recibir lo solicitado. ••• Tal como habían acordado, April envío los documentos para que la señorita Thank los firmara y casi de inmediato recibió los documentos firmados. Inmediatamente se encargó de hacer la transferencia a su cuenta. Ya con todo en orden, imprimió los documentos y se dirigió a que su jefe firmara, ella le indicó donde y Edward solo se limitó a firmar. Posteriormente se dirigió a validar los documentos con un juez en el registro civil y con los abogados de la familia Snowden. Legalmente, Edward Snowden y Sabrina Thank eran esposos. Ya no había vuelta atrás.