Llego al aeropuerto después de haber pasado un vuelo de mierda, no podía creer lo que me estaba pasando, todo iba tan bien con mi Madrilena hasta que ayer se fue con su hermana.
Esa niñata debe haberle hecho un berrinche o alga por el estilo para convencerla, no creo que fuera por otra cosa.
- ¡Basta de pensar estupideces, Chris! Ella no vale la pena.
- ¿Por qué te gritas como un estúpido?- el que se acerca a mí es mi hermano, James. Me abraza y toma mi maleta, pero luego mira hacia todos lados y frunce el ceño.
- ¿Y la chica? ¿dónde la dejaste?
- En España, se echó para atrás en último minuto-Vuelve a abrazarme y besa mi coronilla, sí, es más alto que yo y como un ropero de tres cuerpos, yo soy más flacucho y desgarbado, según papá me parezco más a mamá.
- Lo siento, hermano. A lo mejor ella no era para ti.
- El amor es una maldita mierda, James. Te juro que no me vuelvo a enamorar nunca más en mi puta vida.
Craso error decir eso, unos años después esa frase me cobrará factura y un