Narrado por Bianca
-4 Años más tarde-
Hoy cumplió cuatro años.
Corre por la casa como si el suelo no existiera y todo fuera aire. Tiene los ojos de su padre, el sarcasmo de Viktor, la paciencia… bueno, de alguien que claramente no soy yo. Frunce el ceño igual que Lara, ordena los juguetes por tamaño como hace Pavel con sus libros, y contesta con ironía cuando algo no le cuadra. Lo educamos entre todos. Es imposible que no se le pegara algo de cada uno.
Se llama Luca.
Eligió su propio nombre. Bueno, no literalmente, pero lo supimos apenas lo dijimos en voz alta. Era él.
Nikolay lo mira como si aún no pudiera creer que existe. A veces lo toma en brazos y le habla en ruso, despacio, bajito. Son cosas que yo no entiendo, pero Luca escucha como si su papá le estuviera contando los secretos del universo. Como si no cupiera duda de que él puede con todo.
Viktor desayuna con él cada mañana. Siempre malhumorado, siempre exagerando, pero nunca falta. Le cocina cosas imposibles “para desarrolla