Narrado por Bianca
El silencio aquí es distinto. No es tenso, ni cargado. Es… limpio y suave. El tipo de silencio que parece querer envolverte en vez de asfixiarte.
A veces lo odio.
Tavira es bonita. Pequeña y cálida. El tipo de lugar donde nadie hace demasiadas preguntas, donde las tardes se estiran como si tuvieran pereza de acabarse, y donde el mar parece decirte que todo va a estar bien… incluso cuando sabes que no lo está.
Llevamos un mes aquí. Un mes desde que llegaron los pasaportes, las llaves del coche, los documentos, las nuevas identidades.
Un mes desde que Nikolay no volvió.
No hubo carta, no hubo llamada ni tampoco hubo cuerpo.
Solo la entrega puntual de lo prometido… y un silencio que pesa más que cualquier balazo.
---
La casa es blanca, de una sola planta, con ventanas azules que dan al mar y una terraza amplia donde Lara insiste en poner flores que no sobrevivirán al viento salado.
Viktor duerme en la habitación más alejada, dice que es para "no molestar al bebé con su