El Fantasma en las Redes.
El aire estaba cargado de electricidad y polvo, el aroma metálico se mezclaba con la desinfección de los pasillos. Cada respiración de Selena era medida, cada paso calculado para no romper el patrón de las luces parpadeantes ni despertar la atención de los centinelas.
Sabía que un solo error podía ser fatal. A su alrededor, los pasillos se ramificaban como un laberinto vivo; un sistema que se autoevaluaba, capaz de detectar cualquier movimiento fuera de protocolo.
Se deslizó por un corredor vacío, apoyando la palma de su mano en la pared de acero, sintiendo la vibración de los servidores que recorrían los niveles inferiores. La penumbra era su aliada.
Cualquier sombra podría servirle de cobertura, cualquier panel apagado era un escondite temporal. El mundo que la rodeaba no estaba hecho para personas como ella; estaba diseñado para que nada ni nadie pudiera alterar el ciclo que el Consejo había impuesto.
Pero Selena había encontrado grietas. Siempre las encontraba. Su mirada se posó e