Mundo de ficçãoIniciar sessão¿Alguna vez conociste a alguien a quién jamás lograste olvidar? Lo malo, para Matilda es que ella realmente no recuerda detalles de él. Solo el sentimiento y emociones que compartieron esa noche. Solo una noche y con eso ella tuvo suficiente para NO olvidarlo. Espera algún día no encontrarlo solo a él, sino también un amor bueno y de verdad. No solo es inteligente y realmente exitosa, es guapa y el atractivo de muchos de los hombres que la rodean, lo que... puede ser un poco difícil para el chico que quiera estar con ella. Pero, ¿El que no arriesga no gana? ¿No? ¿Será que realmente ella va a encontrar lo que tanto ha buscado? Y ¿Será que el hombre que más la desea en su vida, finalmente logrará tenerla? Acompañemos a Matilda en las vueltas de su vida, en busca de un felices para siempre. Actualiza- Lun-Vie #Romance #AmorInmortal #TrianguloAmoroso #FelicesParaSiempre #AmorSecreto #RelaciónEnLaOficina
Ler maisMatilda, algunos meses después de haber descubierto la verdad sobre por qué su novio la había dejado, no dudo en desahogar sus penas con unas bebidas. El tipo la engañó no solo con su actual novia, sino con una amiga muy cercana de Matilda.
Había visitado un bar, pequeño, probablemente el menos popular del círculo de estudiantes. En realidad, no estaba mal, solo era pequeño, oscuro, un poco de ‘mala muerte’, pero no le importaba. A decir verdad, mejor, así nadie la veía y andaba con chismes luego.
Después de unos cuantos tragos de más, Matilda quería borrar toda memoria de su ex. Como si el cielo la hubiera escuchado, a lo lejos vio a un chico que llamó su atención, su mente y su visión ya no estaban claras pero se animó a acercarse a él.
Cuando se levantó de su asiento, sus pasos eran tambaleantes, pero a medida se acercaba y se aseguraba de su decisión, sus pasos eran más firmes. Disfrazando así un poco su estado… De ebriedad. Sí, ya estaba bastante tomada.
Una vez con el chico, después de un poco de coqueteo, las cosas comenzaron a subirse de tono. Así, decide llevar al chico a su apartamento, que estaba a solo unas calles, con besos juguetones que poco a poco se tornaron apasionados.
“Mmm… Mmm…”
Justo frente a la puerta de su apartamento, él sonríe y dice, “Estás muy ebria… es momento de irme…”
El chic, a pesar, de querer una noche de pasión y nada más, en el fondo se sentía mal que la chica estaba tan ebria, que no quería sobrepasarse de esta forma.
“¡No! Solo continua, ¿sí?” En un tono insistente.
El chico se sintió un poco incomodo y con algo de pena hacia la chica, pues no era que no quisiera, solo… no era el mejor momento para ella, así que sinceramente le dijo, “Luego vas a decir que me aproveché de ti. No me has dicho ni tu nombre…”
“No tengo porque saber el tuyo, Matilda… es sex* de una vez, una noche…”
Matilda por una extraña razón se sentía completamente atraída a este hombre, como una polilla atraída a la luz. Desde que lo vio en el bar, en esa esquina escondida y oscura, se dirigió hacia él. Sin embargo, su estado de ebriedad no le dejaba pensar claramente, su mente y su visión estaban igualmente nubladas.
El chico ríe.
Ella un poco molesta le dice, “¿Qué? ¿Acaso no quieres? ¡Para qué viniste!”
El chico la sostuvo del mentón, con un poco de esfuerzo y autocontrol le dice, “Si continúo, no me podré detener…”
“No me importa, por eso te traje.”
Mmmm.
Sin más, él la cargó en sus brazos y ella inmediatamente enrolló sus piernas a su cintura y sus brazos alrededor de su cuello. Así, cuerpo a cuerpo entraron a casa de Matilda. Él, instintivamente buscó la habitación.
“¡Aah!” Tras una pequeña risita Matilda entendió que había caído en la cama.
Las manos de él eran fuertes y dominantes, recorriendo todo su cuerpo y cada uno de sus espacios desnudos.
Mientras se besaban, ella iba bajando a cada uno de los botones de la camisa de él, sintiendo sus muy firmes abdominales y el inminente calor corporal, imposible de ignorar.
Así, en el frenesí del momento quedaron sus cuerpos desnudos, a pesar de tener sus mentes nubladas, Matilda disfrutaba cada contacto que él tenía con ella. Los besos, los toques eléctricos, la forma como sus manos se deslizaban en sus piernas, muslos, senos.
Él, disfrutaba ver la cara de placer de Matilda, su cuerpo excitado, pidiendo más y más.
“¡Ah! ¡Aah! Mmmm… No te detengas.”
Él ríe, “Te daré una noche que no podrás olvidar. Jamás.”
“Hablas mucho… ¡aaah!”
Y efectivamente, así fue.
Jamás pudo olvidar esa noche.
A la mañana siguiente amaneció adolorida y sin entender o mejor dicho, recordar lo que sucedió.
Revisó su teléfono y solo vio una foto movida y borrosa que no permitía diferenciar nada.
En su apartamento, no había señal de nadie más. Pero su cuerpo sí tenía recuerdos.
Solo de pensarlo nuevamente, se estremeció y fue a tomar una ducha bien fría.
Al volver a su habitación vio una notita, con una letra que no era la suya. Lo primero que pensó fue, en el número del chico de la noche anterior.
Sin embargo, al leerla vio ‘Idea: el mundo digital y el prosumidor.’
Rió pensando, “¿Y qué? ¿Idea mía o una pista de cómo buscarte?Ya no sé quién es más idiota si él o yo.”
En efecto, no olvidó la noche que pasaron pero sí al chico con quien la disfrutó.
¡Carajo Matilda!
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Años después
Beep, beep, beep- suena el despertador de Matilda. Lo apaga y se quita su cobertor, suspirando en resignación.
“¡Ay! Otro sueño… Hombre misterioso, te sueño tanto.”
Había pasado ya tantos años y le era imposible recordar los detalles de aquella noche, solo recordaba los sentimientos y sensaciones que aquel extraño le dejó.
‘Matilda Inés del Bosco, ubícate que no tienes tiempo de pensar en tonteras.’
Además, en lo que menos quería pensar era en una nueva relación y en hombres.
Bue, será temporal ¿no?
¡Pin! Entraron notificaciones a su teléfono.
[Buenos días jefa, ahora es un día lleno de reuniones.
Llevo todo lo necesario.
¿Algo que necesites?]
[Buenos días Berny, recuerda mi primer bloque del día es con el jefe.
Te veo luego.
Imprime la nueva propuesta económica para el último proyecto.]
En cuanto estuvo lista, salió de casa en dirección a la oficina. El día estaba tan radiante, que eso la ponía de un mejor humor, su vida necesitaba eso, cosas buenas y energía positiva.
Al llegar al imponente edificio de BS Entertainment, su humor mejoró considerablemente.
‘Mi trabajo de ensueño.’
Se dirigió de inmediato al último nivel, en donde está la oficina del CEO, las salas de reuniones más grandes e importantes y algunas oficinas de directores, entre esas, la suya.
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“¡Buenos días jefe!”
Entra Matilda con unos documentos en mano, para revisión de Don Mariano Bonsole, su jefe y el CEO de BS Entertainment.
Matilda, una joven de 26 años, mano derecha de Mariano desde hace 8 años, ahora directora de mercadeo y comunicaciones de la empresa. Una mujer que cautiva a cualquiera con su inteligencia, belleza sin igual y su figura espectacular. Su cabello color café como el chocolate, largo y ondulado, sus ojos celestes que brillan casi como un cristal, sus labios rosa perfectos. Su figura ya ni se diga, una altura que le permitía tener unas largas piernas de envidia, con las proporciones perfectas tanto en el busto como en sus glúteos y una cintura como reloj de arena.
Atraía con facilidad a cualquier hombre, pero ella no se dejaba ganar tan fácilmente por cualquiera.
“Buenos días Matilda. ¿Amaneciste de buen humor?” Le dice una voz grave pero cálida.
“¿Cuando no?”, contesta ella en un tono bromista.
Mariano, de 32 años de edad, el heredero al grupo BS, ahora era CEO de este rama de la empresa de su familia. Sin duda el soltero codiciado por todo el país, tanto por su atractiva apariencia como por su bolsillo millonario.
“Ayer no parecías la Matilda que tengo aquí de frente…”
“¡Ay! culpa a Fermín, el pesado me dejó lidiando con sus rollos que yo… ¡ni al caso!”
Fermín Vilanova, Director de Relaciones Publicas de la empresa. Tenía muy buenas capacidades, pero cuando se acobardaba dejaba a Matilda a cargo de ciertas cosas.
Mariano rió suavemente, “Vamos, que tú manejas eso mucho mejor que él, de qué te preocupas.”
Matilda levantó una ceja, “Pues, entonces le cedo mi puesto y que él me ceda el suyo… total, no es ningún reto.”
“Vale, sabes que lo que digo no es mentira. Pero no, no dejaré que cambies de puesto.”
Al final de todo, Mariano le había confiado esta posición por la gran habilidad de Matilda.
“Igual, no te lo pondré tan fácil si algún día intentas moverme…”
“Te creo.”
Tras dar una revisión a los documentos que recién le entregó, Matilda le dijo, “mañana habrá casting… ¿Piensas asistir?”
Mariano lo piensa por un momento, “Lo consideré, pero hace tiempo no me involucro en eso.”
“Bien, si tú no vas, yo puedo ir por un momento...”
Mariano asintió, “No dejes que Galilea te complique la vida.”
Galilea Garcia, Directora de fotografía, en el pasado fue compañera de Matilda en la universidad, pero Matilda al sobresalir en sus notas y demás actividades, se había ganado el desprecio de Galilea, por lo que frecuentemente se le hacía insufrible estar cerca de ella. Sin embargo, el aspecto laboral y su profesionalismo la mantenía de pie ante una pesada Galilea.
“Bah, no te preocupes, estará Cayetano y el inútil de Fermín.”
Cayetano Alvarez, Director de talentos, una pieza clave para la empresa, ya que de él dependía la nueva adquisición de talento, el mejoramiento y crecimiento de los actuales y la finalización de estos.
La mirada de Mariano se oscureció por un breve momento y le dijo, “está bien. Me reportas cómo va todo.”
Luis rápidamente le dijo, “perfecto. Entonces, te llevaré una solo para ti. Pero, bueno, me voy corriendo, que si no alguien me va a linchar.”Quería hacer referencia a que, Jorge lo iba a matar si lo seguía haciendo esperar. Aunque, en realidad, era Mariano quien no le iba a dejar una salida fácil.Luis se fue huyendo de la escena. No quería estar un segundo más bajo el escrutinio de Mariano.Matilda ríe al verlo salir con tanta urgencia, ‘seguro estaba muy urgido por salir de farra’, que ni quería despedirse formalmente.Mariano voltea a Matilda, viendo lo divertida que estaba con Luis, “no hagas caso. Sigue siendo un crío.”Matilda le sonríe, “pero ve, te hace muy bien tenerlo en tu vida. ¿No me digas que no te divierte?”Mariano sonríe un poco, “¿qué te puedo decir? Así ha sido desde que nació.”Mariano recordó que, a pesar de lo estricto que los Bonsole habían sido con él, en muchas actividades de su educación y protocolarias siempre estaban Jorge y Luis junto a él. Las tres fami
Matilda se exalta un poco al escuchar la voz de alguien más. Instintivamente, ambos vuelven a ver en dirección al lugar de donde provenía la voz.Era Luis.“Jefecita. No sabía que estarías aquí"; saluda Luis, ignorando completamente a Mariano. Sabía que, había metido la pata al llegar y haber interrumpido el momento.Matilda se ruboriza un poco, no sabía qué tan ‘normal’ podía ver Luis la interacción entre ella y Mariano. O peor, que fuera a malinterpretar algo entre ellos.Mariano intercepta, “¿Jefecita? Así que sí quieres entrar al matadero…”Luis voltea los ojos en blanco, “… Ya. Pues, no todos son igual de fríos como tú. Imagina, tu directora ha visto potencial en mí.” Le regala un guiño a Mariano sin que Matilda se dé cuenta.“Mjm…”Matilda sonríe, “Mar, pues ve, que igual a Juan le hacen falta un par de manos. Si el Sr. Valverde tiene la capacidad, entonces bienvenido al equipo.”Mariano suaviza su mirada al escuchar a Matilda.“Recuerda que estará como becario. Será temporal, e
“Prométeme que el día que me pase de la raya… vas a ser sincero conmigo.”Mariano la mira por un instante y le da una nueva bebida, “lo prometo.”Matilda lo mira, “no, no… Si un día salgo de mi burbuja, no me vas a dejar escapar, haciendo que enfrente el error y que lo asuma como debo…”“Titi, ¿qué podrías hacer?” Mariano lo dice un tanto preocupado. No sabe por qué Matilda trae esos temas.“Promételo.”Mariano se impacienta un poco, “a ver, dime qué es lo que puedes hacer mal, ‘fuera de tu burbuja’”.Matilda se sonroja nuevamente, “no sé, por ejemplo, hablar de más. Te imaginas que algún día por dar mi opinión sincera en algo, meta la pata y embarre todo.O, qué tal si… te ofendo de alguna manera y no me doy cuenta.Eso… vas a enfrentarme y decirlo directo. Sin rodeos. Y sí, afrontaré las consecuencias.”Mariano suspira resignado, “Titi…”“Mar… por fis.”“Está bien. No te pongas en ese escenario, desde que te conozco, sin importar la situación, jamás has hecho nada mal. No te castigu
A pesar de los cortes en las manos de Matilda, ella estaba de buen humor. Le encantaba lo que había preparado esa noche. Las vendas que dejó Mariano, no le impedían hacer su trabajo, así que su humor no se arruinó.Matilda se movía de lado a lado, con agilidad en la cocina de Mariano, en nada ya tenía la mesa lista para comer.Comenzó con el aperitivo, era un ceviche frutal de coco con mango. Una vez preparado, fue al bar en donde Mariano estaba finalizando las bebidas.“Bien, Titi, te tengo dos opciones de bebidas…” Matilda le sonríe y le ofrece el ceviche.Mariano sonriendo le dice, “Perfecto. Comenzamos aquí y en un momento tomamos el plato fuerte en la mesa…”“Me parece bien. Dime, ¿cuáles son mis opciones?”“Nada que no conozcas, pero, sí el maridaje perfecto para comenzar.”“Si tengo dos opciones, quiero ambas…”“¿Empiezas con: mojitos o un daiquirí?”“Oy oy oy… me la pones difícil… pero, un daiquirí.”Mariano le extiende la copa que ya tenía lista, “no me equivoqué entonces.”“
Matilda vuelve a pinchar la mejilla de Mariano, “ya, no digas más. Solo fui… un tanto dramática…” Jamás imaginó que Mariano iba a pedir que hiciera un listado de algo no existente, mucho menos pensar que recordaría esas cosas.Mariano ríe y la abraza, “Titi, que sepas que no te voy a lastimar jamás. No de forma intencional y no, nunca. Si en algún momento dudas que yo haya hecho algo, espero lo preguntes de forma directa. Sin penas.”Matilda se ruboriza, “mjmmm…”A pesar que Mariano siempre ha sido diferente con ella, jamás había notado la suavidad en sus ojos cuando la miraban. La forma como al abrazarla, la envolvía y contraminaba contra su fuerte pecho, incluso su respiración parecía más relajada. No solo eran las palabras que acababa de escuchar lo que la ruborizaban, era también el entendimiento de las acciones de Mariano hacia ella.Mariano le pincha la cintura, “¿Mjm? ¿Es todo lo que vas a decir?”“¡Mariano Alonso!” Dice entre carcajadas. En realidad no sabía cómo responder. Ad
Matilda le dice, “bueno, aún tenemos una comida que nos espera… Si es tan amable en acompañarme, Sr. Bonsole… perdón, Dr. Bonsole”, le da un guiño juguetón.Mariano le ayuda a bajar del counter, “ya no quiero que prepares nada… será lo que sea y ya está.”Matilda pone los ojos en blanco, “bueno, entonces ve, toma una ducha y yo me iré a cambiar… te veo en un momento para comer.”Mariano no se negó a la idea, al final de todo, sentía que necesitaba una ducha bien fría o mejor aún si era un balde de hielo para poder controlar el calor que Matilda le había dejado.…Una vez a solas, Mariano llama a Jorge, “Matilda se ha lastimado mientras preparaba la comida… ¿no será mejor si pido algo? O ¿si cocino algo?”“¿Estás loco? Y hacerle sentir que ha hecho el trabajo en vano…”“Bueno, bueno, no lo pensé de esa manera. Solo no quiero que se lastime más…”“Adormece cualquier dolor con una buena bebida, que además la relaje… sea como sea, tu contacto físico debe ser suficiente, sé más cálido de l
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