2.

Matilda y Mariano discutieron diferentes puntos que tenían pendientes.

Matilda ahora era directora, pero hace un poco más de tres años, fue la asistente personal de Mariano.

Así lo decidió Mariano, para entrenarla y prepararla a que fuese la mejor directora que BS Entertainment pudiera tener.

Al final de cuentas, Mariano la conoció en la universidad, mientras él impartía clases.

Matilda siempre fue una alumna destacada y cómo tal, llamó su atención y luego la eligió para que fuera su auxiliar de clases. Por lo tanto, Mariano confiaba plenamente en sus capacidades y conocimientos. Sabía que lo que hiciera, estaría bien.

Por lo mismo, a Matilda le costaba trabajo desvincularse de ciertos aspectos de un asistente personal. Por eso siempre mantenía reuniones con Mariano, para informarle lo que pasaba en las diferentes áreas de la empresa y gracias a eso su relación era bastante cercana.

Tras respirar hondo, Matilda dice, “Como último punto…”

Mariano levanta su mirada y ella continua, “Este año te han invitado a una ponencia… ya que no has aceptado nuevamente su propuesta de volver como docente… pues…”

“¿Ponencia?”

“Sí, en la semana del estudiante digital.”

Mariano lo pensó por un momento, “¿No estás más capacitada tú para esto?”

Matilda rió, “No como tú. Además, ellos no lo saben.”

Mariano tamboreaba la mesa con su bolígrafo, “Y, ¿Qué esperan de mi?”

“Ay jefe, tú sabes mejor que ellos los que puedes llevarles…”

Mariano pensó, al menos es mejor que la docencia, una única aparición eventual, con eso calmaría la insistencia del rector.

Riendo le dice, “Y yo, ¿Qué gano?”

“El corazón de todos, claro está.” A Matilda le gustaba responderle a Mariano de manera juguetona, pues él bajaba su guardia y se relajaba de su típica aura fría y dominante.

Mariano sacudió su cabeza, “Eres imposible.”

“Bueno, te dejo que lo pienses y mañana me das tu respuesta, de lo contrario… no me dejarán dormir en paz hasta esas fechas.”

“Mándame las fechas y horarios, ya veo si me dan ganas. Lo veré con Fabricio.”

“Cada vez te pones más difícil. Bye jefe, te veo luego.”

Mariano la mira ordenando sus cosas y salir de su oficina. Sin suda Matilda era única.

A la salida, se topó con Josué Galán, Director de arte, diseño y moda y un muy buen amigo de Matilda,  “¡Hombre!, si no es así no te dejas ver.”

Matilda lo empuja juguetonamente, “Ya sabes que ando de arriba abajo, no he logrado ir a visitarte…”

“Llega ahora más tarde, tengo ya la nueva colección.”

Matilda da un pequeño salgo y aplaude, “No te creas que solo llego con las nuevas colecciones… esto de Miguel me ha consumido más de lo que quisiera…”

“Lo sé, lo imagino. Te la ha puesto difícil, pero ya pasará.”

El timbre del teléfono de Matilda los interrumpe, ella se encoge de hombros y le dice, “Ves, ya me toca correr. Te veo luego.”

Josué la ve correr hacia el elevador mientras responde la llamada. Así él se dirige a entrar a la oficina de Mariano.

“Esta Mati cada vez está más guapa…”

Mariano levanta una ceja y le dice, “¿Qué te trae por aquí? ¿Andas coqueteando con mis directoras?”

“Jajaja, para nada.” Josué tomó asiento en la silla frente a Mariano.

“Dime, sin rodeos, ¿Qué pasa?”

“A ti no se te escapa nada… Camila me llamó ayer…”

“¿Y?” Los ojos de Mariano se tornaron más oscuros, dándole un pequeño escalofrío a Josué.

“¿Tú qué crees? Viene por ti, no creíste que se iba a quedar cruzada de brazos, ¿o sí?”

“Eso fue hace tiempos, ya no tengo nada qué ver ahí.”

“Lo sé, solo te cuento para que te prepares mentalmente del dolor de cabeza que está por venir.”

Mariano se masajeó la sien, “No dejes que venga.”

“Si tú no la puedes detener, ¿Crees que yo sí?”

“Ya me las arreglo.”

El momento que Josué salió de a oficina, Mariano realizó una llamada telefónica, “No dejes que Camila Cambray entre al país.”

Al otro lado del teléfono, la persona suspira, “Puedo bloquear los vuelos comerciales, más no los privados… ni otras cosas.”

“Al menos eso la retrasará de venir.”

“Si que es persistente…”

“Haz lo que tengas que hacer.”

“Enterado.”

Sin duda, Mariano movería lo que fuera necesario para detener la llegada de Camila Cambray.

____

Mientras Matilda bajaba por el elevador atendió la llamada, “Mati, la reunión se ha adelantado media hora, podrás llegar a tiempo?”

“Sí Berny, justo voy finalizando con Mariano. Llego en seguida.”

Bernadette Castellón, secretaria personal de Mariano y suya, se convirtió en la mano derecha y quien se ha convertido en su sombra con todos los aspectos laborales, era prácticamente una asistente más para ambos. Es 2 años mayor que Matilda, pero no logró finalizar sus estudios por temas familiares y económicos. Sin embargo, tanto Mariano como Matilda vieron el potencial que tenía. Por lo que Matilda la eligió como su asistente y poco a poco la ha ido moldeando a su estilo de trabajo y línea de pensamiento.

Al entrar a la zona de sala de reuniones, Bernadette la estaba esperando a la salida del elevador con un rostro nervioso, Matilda lo notó de inmediato y pregunta, “¿Pasa algo?”

“Nada malo… solo que… tienes paquete.”

“¿Acaso no se cansa?” Matilda ya tenía idea de quién lo había enviado.

“Ven, lo tengo por aquí.”

Bernadette llevó a Matilda al área de café, había una caja enorme de regalo y un arreglo floral de rosas rojas.

“Bueno, al menos ahora las flores se ven bonitas. Pero, llegará el punto que me asqueará con lo que tanto me gustaban…”

se volteó y vio la caja, “eso regrésalo, las flores… déjalas en la mesa de centro.”

“¿No tienes un poco de curiosidad por ver qué es?”

“Mmm, no. Pero, lo abriré y empácalo en otra bolsa y déjalo con su nuevo manager…”

Así, con esa idea se dispuso a abrirlo. En el interior se encontró con un juego de ropa interior, con solo verlo se notaba la mala calidad y un estilo algo anticuado.

No pudo evitar tirarse una carcajada, “Después de tanto tiempo… esto no es ni de mi estilo. Qué descaro.”

Al voltearse para salir de la habitación se chocó con una dura pared de músculos, inmediatamente se sonrojó y levantó la mirada.

Por instinto, volteó la vista al contenido de la caja y Bernadette sin más, entendió la señal de cubrirlo.

“Jefe, perdón, no te vi… y….

Pues… perdón.

Se me hace tarde.

Bernadette, encárgate.”

Matilda se sentía avergonzada y muy nerviosa de lo que su jefe pudiera pensar de ese tipo de regalos en la oficina. Esperaba Mariano no hubiese visto el contenido del regalo.

Qué vergüenza.

Caminó rápidamente hacia la sala de reuniones en la que ya le estaban esperando para dar inicio a la agenda.

Mariano sonrió levemente al ver la nerviosa reacción de Matilda y cómo se alejaba torpemente.

Volteó a ver a Bernadette y le dijo, “Si se siente acosada, solo reporta a la persona, haz lo que sea necesario.”

Bernadette un tanto nerviosa le responde, “Sí jefe, yo me ocupo de eso.” Le entrega su taza de café y así continúan con sus labores.

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