Después de una vida de cuidar su corazón y concentrarse solo en su familia Emilia se encuentra en la disyuntiva de cumplir con la premisa que rige su vida siempre cumplir con lo que dice y ¿por qué lo duda? Pues al encontrarse en el lugar y hora equivocados de un momento a otro pasa de ser una mujer soltera a estar comprometida con un completo desconocido Dante Villanueva uno de los hombres más deseados del país a quien jamás se le ha conocido una pareja ya que se encuentra reticente al compromiso se encuentra pidiendo matrimonio para mantener estable el débil corazón de su abuelo la única persona por quien daría la vida pero se encuentra con una sorpresa gigante, ¿Será esta una broma de la vida en la que se muestra que a pesar de tener tus propias ideas el destino hace lo que quiere?
Leer másDespués de tanto tiempo Emilia Puentes se había tomado un día libre, sin preocupaciones ni trabajo, sólo pasar un buen rato con su hermano Damián y Tadeo, su mejor amigo. Trabajar en su pequeña tienda de ropa y cuidar a su hermano se habían vuelto absolutamente toda su vida y aunque en ocasiones se había preguntado que se sentiría poder experimentar una vida con emociones inesperadas,- una sonrisa se coló en sus labios- las experiencias de su madre la regresaban a la realidad y su confortable monotonía, siempre con el control de las cosas que debían suceder y lo que no tenía cabida en esa premisa lejos de ella estaba mejor, la única variante era Damián que desde que había nacido se había vuelto su talón de Aquiles, con sus ocurrencias y alegría.
- Vamos Emi, deberíamos comer en el restaurante que siempre hemos querido, está aquí al lado – le dice Tadeo regresándola al presente, mientras toma de la mano a Damián, para cruzar la calle en cuanto el semáforo cambie y llegar a su destino.
Ella se había olvidado que estaban en la calle y debían pasar un cruce, suspiró rápidamente para expulsar todas esas ideas y disfrutar de estar con gente que la quisiera incondicionalmente. El restaurante al que se refería Tadeo era nuevo y exclusivo que se mantenía siempre lleno, pero no perdían nada con intentarlo, tal vez podrían tener suerte y entrar.
Tadeo no sabe qué hacer con tanta alegría, los cachetes ya le duelen de tanto hacer el esfuerzo de esconder una sonrisa, su corazón golpea el pecho de manera que se escucha hasta sus oídos, si Emilia se acercara un poco mas a el seguro lo escucharía claramente, está feliz, por fin va a conseguir declararse a Emilia y sin riesgo a que le diga que no, tenía tanto tiempo esperando la oportunidad, esperando a ver una pequeña chispa de deseo o pasión en los ojos de ella para declararse, pero como esto no sucedía lo más obvio seria acercarse a ella un poco más para que supiera que él la iba a cuidar, y amar para siempre.
- ¡Vamos Emi! ¡Hay que aprovechar que Tadeo nos invita!- grita Damián emocionado, ya que rara vez salían a comer a restaurantes y más a uno tan elegante como ese.
- Bueno- contestó Emilia entre risas-. Debería perder más seguido si el castigo es ir a comer gratis- dijo mientras esperaba a que el semáforo cambiara, amaba ver a su hermanito tan emocionado, tan feliz le recargaba la pila.
- Si eso quieres solo haz permanente este castigo y se cumple- le responde Tadeo, con una sonrisa en la cara, ahora ya podía mostrarla. Anticipándose a lo que sabía sucedería después, la conocía perfectamente y sabía que esa condición le cerraría el camino a todas las excusas para alejarlo de ella.
- Solo son unas horas Tadeo- sonrió- He perdido y cumpliré con mi castigo, si a todo debo decir que sí, así será.
- Sabes muy bien que Emi siempre cumple con lo que promete- le recordó Tadeo- si se hace para siempre ese castigo seguro me dejará comer chocolate en la noche- dijo saltando más emocionado si se pudiera.
El semáforo cambió y los tres cruzaron la calle, eso dio oportunidad a Tadeo de festejar discretamente levantando el puño en signo de victoria, ese día sus vidas cambiarían, por fin dejaría de ser su eterno amigo, el compañero incansable e incondicional y se convertiría en algo más, el hombre que la protegería y amaría. Si eso quería ser, el compañero al que amara y poder acompañarse en el camino de la vida.
Al llegar al otro lado, Emilia mira que Damián tiene una agujeta desabrochada y se detiene en media banqueta y toma del otro brazo a su hermano para que pare, lista para ayudarlo con eso.
- Damián deja te abrocho las agujetas- dice Emilia, pero antes que ella se agache Tadeo levanta la mano y apunta al restaurante.
- Ve adelantándote y elige una mesa, por mientras que yo lo hago- por nada del mundo dejaría que se distrajera y le diera por retrasar lo inevitable, por fin había reunido el valor necesario y no iba a desaprovecharlo.
Emilia asintió y los dejo resolviendo eso, y ella se metió en el local, ya tenía hambre y quería comer lo antes posible.
En el restaurante Dante está desesperado por su inminente compromiso, hacer lo necesario para ver a su abuelo estable y feliz se había vuelto su prioridad- ese pensamiento lo hizo pasar saliva, aunque eso tenga que ver muy a su pesar con comprometerse y casarse.
Frida era una mujer fría e intrigante, innegablemente inteligente, perfecta para alguien como él, exitoso, rico, exigente y perfeccionista además sería una buena manera de mejorar las condiciones mercantiles de la empresa familiar. A fin de cuentas sería lo mismo casarse con ella que con cualquiera no quería a ninguna y como el amor era algo que no entraba en sus planes a corto o largo plazo, debería sacar algo de provecho a la situación.
Dante tenía toda una vida de no creer en el amor, y era algo que deseaba mantener lo más alejado de su realidad posible, cosa que su abuelo no quería aceptar, aunque Dante no entendía esa fascinación de su abuelo por estar o sentirse enamorado, él miró su reloj solo faltaban unos minutos para que Frida llegara y poder terminar con todo este teatro.
- Dante, ¿ya casi llega?- preguntó su abuelo emocionado como un pequeño, sentado en una zona estratégica para que mirara todo.
- Si no te preocupes- respondió con la mayor tranquilidad que pudo dadas las circunstancias.
Ya estaba todo listo, un gran anuncio pidiendo matrimonio, velas, rosas, un lugar discreto, a media luz, perfecto (según su asistente) para la proposición de matrimonio de cualquier mujer, solo unos segundos más ya que algo que caracterizaba a la gran Frida Alcalá era la rigurosa puntualidad, su teléfono en ese momento sonó con un tono leve, indicando que había llegado un mensaje, pero lo ignoró, no era el momento, ahorita lo importante era conseguir que ella quedara prendada de todo esto y dijera que sí.
La puerta hace ruido indicando que por fin ella estaba entrando, Dante se dió la vuelta y una música hermosa con violines hizo de fondo, para que el hiciera la proposición, al darse la vuelta preguntó:
- ¿Quieres casarte conmigo?
A pesar de la simplicidad de las palabras Dante sintió que le desgarraban la garganta pero nada de eso le impactó más que al enfocar la vista al frente, a quien miró no fue a su escultural novia, sino a una pequeña mujer que se quedó sorprendida y estática en frente de él.
Pasaron unos segundos o tal vez minutos interminables, Dante había perdido la noción del tiempo observando la cara de esa pequeña mujer con hermosos y grandes ojos que parecía estar debatiéndose entre cuál de sus tantas opciones elegir, por Dios si solo existían dos, siendo claros y no por presumir pero no podría pedir mas en un hombre, tal vez se le haría demasiado para ella, sí eso debía ser- envaró más su cuerpo-. Debía detener esto, ella no era Frida y a pesar que a él no le interesaba más que hacer feliz a su abuelo sin importar con quien se casara, debía ser indispensable conocerla, debería ser algo básico para cualquier decisión de esta magnitud, ¿o no?.
Qué podría decirle a su abuelo para que no se sorprendiera o desilusionara con otra aparente negativa de su parte para hacerlo feliz, lo más claro sería que ella no era, en ese momento en el que quiso detener todo, ella respondió fuerte y claro, mirándolo directamente a los ojos.
- Sí quiero.
Los ojos de Dante se agradaron de manera casi imposible por la impresión ¿Qué clase de bromita era esta?
Emilia no pudo más que sorprenderse de cómo esas palabras habían salido de sus labios, por lo visto se acababa de comprometer con un desconocido, sin saber que esto estaba apenas por empezar.
Amigos lectores ha terminado la novela "Empezó con ese si" les agradezco de manera infinita, el tiempo y cariño que le han dado a cada uno de los personajes que tienen vida en esta historia, sus ccomentarios, y corages que tuvieron en algunos momentos ;) creanme que sin su apoyo esta novela no sería nada.¿ De que sirve crear ilusiones si nos las compartes? ¡¡Gracias , muchas muchas gracias por haber llegado hasta aquí !! Me comprometo a siempre esforzarme por ir mejorando mi trabajo.Espero sus comentarios y calificación de la novela.Saludos y un abrazo a todos.Su amiga Alana Aguilar
— Cinco años después— Mansión Villanueva.Emilia sentía que todo eso era un sueño, su vida, su familia, su felicidad se sentía casi irreal, en su habitación veía el reflejo en el espejo de una mujer fuerte, valiente y segura. La mujer en la que se había convertido.Dante llega con ella y la abraza por la espalda sobando su vientre, ya que de nuevo Emilia estaba embarazada de varios meses.— Cada día te ves más hermosa cariño. — le dijo Dante en el oído.— Cada día te amo más —respondió ella.Pero ese ambiente de tranquilidad y amor, fue interrumpido por las carcajadas de dos pequeños niños al llegar a la habitación.— ¡Te dije que no! — gritó la pequeña Violeta, era de carácter fuerte y decidida como Dante incluso había sacado su cabello rubio y sus ojos claros.— Tienes que cumplir con tu palabra — dijo firme el pequeño Máximo— dijiste que si te ganaba en las carreras el bebé de mamá sería un niño como yo.— Pero no cuenta tú siempre has sido más rápido — gritó Violeta.En ese momen
Cerrando ciclos.— Ha llegado el momento — dijo Don Carlos Villanueva mirando por la ventana frontal de la mansión, el caos que se había creado en la parte frontal.— Abuelo ¿estás seguro?— preguntó Emilia, estaba nerviosa al verlo enfrentar a todo el país el solo.— Sí estoy seguro, no puedo permanecer muerto para siempre — Sonrío ante la ironía de la situación, estaba vivo y nunca había dejado de estarlo, y hoy más que nunca tenía más razones para que fuera así— esta fue una buena decisión.— El abuelo se mantenía firme estable y visiblemente decidido.—Pero quiero acompañarte— Emilia quería estar a su lado apoyándole, como él la había apoyado a ella tantas veces.El abuelo toma las manos de ella.— No cariño, lo mejor que puedes hacer es estar aquí, tranquila, cuidando de nuestros queridos bebés— una sonrisa de inocencia apareció en la cara del abuelo, aún no podía creer que pronto conocería a sus bisnietos y eso le llenaba el corazón de alegría.— Ya es momento— indicó Dant
— VARIOS DÍAS DESPUÉS —— Emi por favor cariño, muévete con tranquilidad, no hagas movimientos bruscos para eso estoy yo— Dante se esforzaba por cuidar cada uno de los detalles de en el alta de Emilia, finalmente se la podría llevar a su casa.Después de haber estado en reposo absoluto por varios días, Emilia había sido dada de alta con la confirmación que su bebé estaba fuera de peligro.— Cariño por favor, solamente estoy poniéndome los tenis— a Emilia le daba risa esa atención tan desmedida de parte de Dante, parecía un oso gigante con carácter de gatito.—Para eso estoy yo, para abrochártelos— Dante enderezó la espalda de su esposa con delicadeza y se puso manos a la obra para abrocharle los tenis él mismo.— A este paso me vas a acostumbrar a no hacer nada — le dijo Emilia.— Pues no lo hagas, acostúmbrate además para eso estoy, para cuidarte y protegerte a ti y a nuestro querido bebé.Emilia sonrió, se estaba guardando una sorpresa, estaba ansiosa por decir solo a su esposo p
Frida se encontraba feliz, emocionada y nerviosa después de tanto haber luchado, finalmente se iba a encontrar con Dante, su gran amor e iban a escapar y reiniciar su vida juntos como siempre debió ser antes de la llegada de esa mujer.Ese día a pesar de ser uno de los más duros, por descubrir que su padre no la amaba, también iba a ser uno de los más felices, ya que su hombre había decidido elegirla a ella y dejar todos sus errores atrás.Estaba arriba de una lancha, ansiosa mirando al camino, « Dante tenía que llegar pronto» pensaba, Luis la estaba apresurando para que empezaran su camino.— Frida es necesario que nos vayamos ya, el tiempo está en contra —el hombre estaba desesperado no quería que lo atraparan en esa situación.— No solo soy yo Luis, no solo soy yo entiéndelo por favor, tenemos que esperarlo él, dijo que vendría y yo le creo.El hombre se movía inseguro y cambiaba su peso de un pie a otro, esto no pintaba nada bien y el solo estaba “trabajando”.— Por favor Frida,
Liliana caminó manteniendo su autocontrol a tope, tenía mucho tiempo deseando poder abrazar a su hija, poder darle un beso, se acercó y cada paso era un latido de su corazón un suspiro más y un instante de felicidad. Al tocar su mano Liliana no pudo aguantar— Hija, tan bella ¿cómo estás Emi? te extrañé.Ella estaba despertándose pero alcanzó a sonreír.—Mamá qué bueno que ya estás afuera, ya estás bien.—Sí hija, ya lo estoy bien pero tú dime ¿cómo estás hija? ¿Cómo te sientes?En ese momento la cara de Emilia cambió, recordó los últimos momentos antes de quedar inconsciente y de manera automática puso sus manos en su vientre.— ¡Mi bebé Dante! ¡mi bebé!— Ella había comenzado a desesperarse de una manera violenta. — ¡Dante!— comenzó a gritar— ¡mi bebé, nuestro bebé!— Tranquila Emilia — Caleb había decidido intervenir, él se había mantenido en la puerta de la habitación para no interrumpir ese momento tan emotivo— tu bebé se encuentra en tu vientre, solamente que necesitamos mant
Último capítulo