Capítulo 5 - Sólo quiero que seas feliz. (D)

Después del desastre del día anterior y que Dante por primera vez en mucho tiempo saliera huyendo de la presencia de su abuelo para no dar explicaciones, estaba en el estudio que  don Carlos Villanueva utilizaba para hablar y tratar asuntos importantes.

- Dante, hijo- comenzó el tema Carlos- normalmente no me gusta inmiscuirme en tu vida.

Dante cerró los ojos para buscar paciencia dentro de él, si bien era cierto que su abuelo siempre lo había dejado hacer y deshacer con su vida, también era algo real que cuando tomaba algo como pendiente importante no lo soltaba hasta verlo resuelto y estar más tranquilo, Dante temía que su vida, bueno su  inexistente vida marital fuera el siguiente en la lista.

- Pero me puedes explicar qué pasó ayer, ¿ya hablaste con ella? tal vez se sintió abrumada, ¿no sabía tus intenciones? - Dijo  Carlos confuso.

- Abuelo dime ¿por qué tanta insistencia en que me case?- pregunta Dante respondiendo una pregunta con otra.

- Porque ya es tiempo Dante, es hora que hagas tu familia, quiero una nieta, y muchos bisnietos corriendo por aquí- dijo moviendo las manos por todo el lugar y con una sonrisa en su rostro.- Además aunque no me guste aceptarlo me siento viejo y quiero que seas feliz.

- No estas viejo abuelo ¿casarme me hará feliz por arte de magia?- preguntó Dante escéptico. 

- No, claro que no- le respondió con cara de que era la mayor tontería que había escuchado nunca - el casarse es lo más sencillo, mantener ese matrimonio es lo difícil, el trabajo no termina jamás.

- ¿Y así quieres convencerme?- preguntó con media sonrisa.

- No todo es sencillo, pero en general es algo satisfactorio sea el resultado que sea al final. Emilia es una muchacha muy linda. ¿Dónde la conociste?- preguntó Carlos curioso y para alejarse del recuerdo del final de su matrimonio, el tema del divorcio no era algo prudente de tocar, no cuando quería que su nieto se casara.

- En la calle- responde vagamente, no tenía idea de cómo tocar el tema que realmente no conocía de nada.

Después de que Emilia y los demás salieran corriendo del restaurante, había sonado su celular, y había aprovechado para escapar de la situación además  que de paso conoció la razón de que sonara un poco antes de todo ese mal entendido Frida le había mandado un mensaje para avisar que había un problema urgente en su importadora y tenía que encargarse de eso antes que se hiciera público, mínimo ya sabía porque no había llegado. 

Aunque sabía que tarde o temprano se encontraría en esta encrucijada, pensaba que ya tendría una opción alterna para mantener contento a su abuelo, pero no funcionaba así el tiempo se lo estaba comiendo.  

- No entiendo cómo consigues comunicarte con los demás si eres tan parco en palabras, no sé de dónde saliste así.

- Bueno son cosas que pasan- dice Dante sin mucho entusiasmo.

- En fin, trae a Emilia  a cenar este fin de semana, necesito conocerla, y sabiendo perfectamente cómo eres, casi me la vas a volver a presentar el día de la boda, así que ya decidí que quiero acercarme a ella y conocerla de mi parte, solo te ocupo para el primer acercamiento, lo demás déjalo en mis manos, ya me encargaré yo que me vea como su abuelo y se sienta bien recibida en esta pequeña familia.

- Abuelo no creo que eso sea algo sencillo.- dice Dante queriendo decirle la verdad.

- ¡Tonterías!- grita para interrumpirlo Carlos haciendo un gesto de que no le importaba el resto de lo que Dante pensaba decir- hace mucho que no sentía tanta energía y emoción, ya te dije que me siento viejo, pero conocer a mi futura nieta me motiva a mantenerme activo. Siempre es algo bueno hacer crecer la familia, ya después me acercaré a su hermanito, que niño tan lindo y su amigo también podría querer acompañarlos,  ¿sabes si son más hermanos?- preguntó Carlos emocionado con una cara de felicidad que apenas podía con ella.

Al verlo, Dante supo que no había vuelta atrás, su abuelo ya le había hecho un espacio en su corazón a esa chica. Carlos se dio cuenta del mutismo de su nieto y le preguntó:

- Entonces, ¿Sabes cuantos son? ¿Crees que sería mejor invitarlos a todos para que se sientan en confianza? Que comida les gustaría, dime para encargarme de eso, ya debes saber cuáles son sus preferencias.

Dante se sentía cada momento más encerrado entre tanta pregunta y más apenado por tener que confesar la verdad, su abuelo realmente se veía tan emocionado, feliz, y vivaz. “Tal vez podría buscar a la muchacha, bueno Emilia” se corrigió mentalmente “y convencerla que lo ayudara, solo por un tiempo para mantener mi abuelo feliz” - la idea cada vez le agradaba más, aunque su conciencia le susurro muy claro “solo si no tiene pareja, nada de meterse en relaciones ajenas”.

Ya teniendo un plan, bueno una idea desde donde partir para hacer lo demás, solo tenía que salir del problema inmediato y tendría tiempo de encontrarla, en ese momento el teléfono de Dante comenzó a sonar, era una llamada, rápidamente Dante revisó la pantalla era Frida. “Perfecto ya me puedo ir” pensó. Le contestó la llamada y pidió un momento para despedirse de su abuelo.

- Abuelo te mando la información, me tengo que ir, pero no te preocupes todo estará bien. 

Sin dejar que Carlos contestara Dante salió casi corriendo del despacho.

- Dante, deberíamos vernos- le respondió Frida con voz sugerente- Quiero compensarte por no haber podido ir ayer.

“No te imaginas todo lo que tendrías que hacer” pensó Dante molesto.

- ¿Y qué quieres?  - aunque sabía la respuesta perfectamente.

S- olo saber, tu departamento o el mío, elige.

Aunque no lo tenía planeado, Dante sabía perfectamente que esa noche la pasaría deshaciéndose de todo el estrés acumulado  durante esos días, Frida siempre sabía qué hacer. Dante sonrió al mismo tiempo que bajaba las escaleras de la entrada principal para llegar a su auto y comenzar el camino directo al departamento de ella, el de él estaba vetado, era su refugio y no pensaba compartirlo.

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