Alexander
¿Cómo era posible que ella no estuviera por ningún lado? Dos malditos meses habían pasado desde su desaparición, y no había ni una sola pista. Desapareció como si la tierra se la hubiera tragado. Mandé investigar a su supuesto novio, ese tal Mauricio, y resulta que el imbécil también estaba buscándola. Contraté a uno de mis hombres de confianza para que lo siguiera, y lo que descubrí me hizo reír triunfante. Resultó ser un infiel de lo peor. Para colmo, tenía un hermano gemelo, y ambos habían estado en una fiesta con chicas diferentes. Obtuve varias pruebas, suficientes para demostrarle a mi chaparrita que no debía sentirse culpable por estar con alguien así. No iba a permitir que siguiera con un idiota semejante.
Sin embargo, mi preocupación por ella no desaparecía. Hice varios intentos por encontrarla, pero el único que me dio alguna información fue el guardia, quien afirmó que estaba ocupada con cosas de trabajo. Esa excusa me enfurecía, pero más me dolía no saber si