Capítulo 53
Habían pasado apenas cuatro días desde que Sofía se había mudado con April y Eros a su nueva casa. Aún no habían terminado de desempacar, pero el lugar olía a incienso de lavanda y a vida fresca. Cada rincón era un pequeño respiro y un fragmento de algo que estaba naciendo.
Thiago había ido a visitarlos esa tarde, con una caja de libros para Eros y una bandeja de muffins para April, pero no se quedó mucho. Estaba inquieto, caminando con los pensamientos revueltos. Desde que Sofía le dijo que no quería que él viviera con ellos, algo dentro de él no terminaba de asentarse.
«También tú necesitas un nuevo hogar, Thiago. No puedes seguir aferrado a esa casa como si eso fuera a traernos de regreso».
Las palabras de Sofía le daban vueltas en su cabeza como un eco persistente. Ella tenía razón y aunque le dolía, comenzaba a comprenderlo poco a poco.
La noche cayó con rapidez y él estaba en la cocina de su casa removiendo distraídamente un café que ya se había enfriado, cuando sonó