Capítulo 54
El reloj marcaba las cinco y media de la madrugada, cuando el doctor reapareció en la habitación. Thiago estaba sentado al borde de la cama con la cabeza inclinada hacia el niño que, por fin, dormía tranquilo. Gael ya no ardía en fiebre desde hace horas y sus mejillas tenían algo de color, además su respiración era suave a diferencia de como lo había visto antes.
Sofía, estaba sentada cerca de la ventana y apenas había cerrado los ojos. No había querido irse, no después de verlos tan vulnerable, de sentir que su instinto de madre la empujaba hacia ese niño como si fuera suyo y de cierta manera así lo sentía.
El médico se aclaró la garganta llamando la atención de los dos y de inmediato ambos comenzaron a prestarle atención.
— Bien, les traigo buenas noticias — dijo con una leve sonrisa — Los análisis de sangre salieron bien, no hay infección, el cuadro fue causado por una reacción a un alimento mal conservado y ya está fuera de peligro.
Thiago se levantó de golpe, suspira