(Narrado por isabella)
El sonido del despertador me arrancó de golpe del sueño. Abrí los ojos y lo primero que pensé fue en que era mi segundo día en la empresa de Alessandro. Mi cuerpo se resistía un poco, pero la idea de no quedar mal me obligó a levantarme enseguida.
Me duché con rapidez, dejando que el agua templada me despejara por completo. Frente al espejo, dediqué más tiempo que ayer en arreglarme: opté por un conjunto formal, pantalón negro de corte recto y una blusa blanca elegante que acompañé con un blazer gris. Mi cabello, lo solté en ondas suaves, queriendo transmitir seguridad, aunque por dentro aún me dominaban los nervios.
Cuando bajé, Axell ya estaba esperándome en la entrada, impecable como siempre.
—Buenos días, señora Isabella —saludó con formalidad, abriendo la puerta del Rolls-Royce.
Asentí con una pequeña sonrisa. Esa forma de llamarme me hacía sentir una mezcla extraña entre incomodidad y responsabilidad.
El trayecto a la empresa fue tranquilo. Observaba por