Mundo ficciónIniciar sesiónEl ascensor hasta el piso 21 de Vanguard Media sonó con su familiar ting. Lucía Montero salió, ajustando la correa de su portafolio en el hombro. En su otra mano, un latte de la cafetería de abajo. Respiró hondo. El aroma a café y a limpiador de oficina era el de siempre. Hoy, todo parecía igual. Y todo era distinto.
—Buenos días, Lidia —saludó a la recepcionista al pasar. —Buenos días, señorita Montero. El señor Rojas preguntó si había llegado. —Gracias. Voy para allá en un momento. Al pasar frente a la oficina de Damián, él alzó la vista desde unos papeles. Sus miradas se cruzaron menos de un segundo. Él asintió, una sola vez, breve y seco. Era la señal. Lucía siguió caminando hacia su cubículo, cerca de la cocina. Los nervios le hormigueaban en los dedos, pero sus pasos fueron firmes. Encendió su ordenador. Entre los correos del día, uno llamó su atención: «Recordatorio: Revisión de procesos internos». Lo






