A la mañana siguiente, el ambiente en la posada había mucha tranquilidad más que de lo costumbre. Valentina y Magaly se movían rápidamente, preparando sus pocas pertenencias para el viaje a la ciudad. Al abrir la puerta de su habitación para salir, se encontraron con Richard apoyado en el pasillo, esperándolas con una expresión seria pero tranquila.
—Solo vine para acompañarlas al transporte —dijo Richard, su voz suave mientras tomaba las maletas de Valentina y Magaly. Al hacerlo, sus dedos rozaron las manos de Valentina en un contacto fugaz pero significativo. Ese simple roce hizo que una corriente eléctrica recorriera el cuerpo de Valentina, provocando un ligero estremecimiento que no pasó desapercibido para Richard.
Una oleada de sensaciones confusas me inundó ante el contacto de Richard. Aún no me sentía cómoda explorando esas emociones, la incertidumbre sobre mi pasado y mi compromiso pesaban demasiado en mi corazón. A pesar de la turbulencia interna, le ofrecí a Richard una suav