Danko un hombre alto fornido atractivo millonario tenía un gusto por los fetiches, eran a veces tan extraños, pero la encargada de conseguirlos era su hija Kiara y todo por una promesa hecha por ella en un momento doloroso para su padre, una promesa que la hacía rabiar de coraje, puesto que tuvo que conseguirle el fetiche que jamás imagino que su corazón pudiera ceder en dárselo y todo por abrir su bocota Kiara tenía que conseguirle a su padre fetiches tan escandalosos, que a veces le daba verguenza conseguírselos, pero hizo una promesa y la va a cumplir con tal de ver a su padre sonreír La pobre debe viajar hasta lo más recóndito con tal de traerle sus fetiches solicitados por Danko su padre, su moto es el instrumento de movilización, pero su escultural cuerpo atrae las miradas de los machos que babean por ella y más cuando ven lo que esta comprando en tiendas de juguetes sexuales Tuvo que aprender artes marciales para poder defenderse de loa ataques masculinos por poseerla creyendo que era otra clase de persona Cuando llegaba con lo solicitado su padre la recibía muy alegre y eso es lo que a ella le encantaba su sonrisa de lado a lado
Ler maisDanko un hombre alto, fornido atractivo millonario, tenía un gusto por los fetiches, eran a veces tan extraños, pero la encargada de conseguirlos era su hija Kiara y todo por una promesa hecha por ella en un momento doloroso para su padre, una promesa que la hacía rabiar de coraje, puesto que tuvo que conseguirle el fetiche que jamás imagino que su corazón pudiera ceder en dárselo y todo por abrir su bocota
Kiara tenía que conseguirle a su padre fetiches tan escandalosos, que a veces le daba vergüenza conseguírselos, pero hizo una promesa y la va a cumplir con tal de ver a su padre sonreír.
La pobre debe viajar hasta lo más recóndito con tal de traerle sus fetiches solicitados por Danko su padre, su moto es el instrumento de movilización, pero su escultural cuerpo atrae las miradas de los machos que babean por ella y más cuando ven lo que está comprando en tiendas de juguetes sexuales.
Tuvo que aprender artes marciales para poder defenderse de loa ataques masculinos por poseerla creyendo que era otra clase de persona
Cuando llegaba con lo solicitado su padre la recibía muy alegre y eso es lo que a ella le encantaba su sonrisa de lado a lado.
SIGUE NARRANDO DANKOLlegué a la casa de Rosita, deje mi moto dentro de su garaje, tenía llave porque ella me las dio. La puerta lateral estaba abierta la luz ingresaba muy fuerte, entre y camine hasta su habitación, escuché su voz, ella tarareaba una melodía. Cuando la vi carraspee la garganta y ella estaba de espaldas puesta una bata semitransparente al verme se me lanzo a abrazarme diciendo con voz alegre.—Papito rico, llegaste. Ven que te tengo una sorpresa.Tomo mi mano para acercarme al baño, me puso de espaldas y mirándome risueña alegó.—¡Esto te va a encantar mi grandote! Ahora, date vuelta.Obedecí de inmediato y me di vuelta, entonces vi mi sorpresa. Era una hermosa morena de cabellos crespos, color ébano, estaba tapada con la toalla. Me miró de arriba para abajo y exclamo con voz sensual.—Amiga, tenías mucha razón. Este ruso está delicioso, es hermoso. Fue buena idea hacer un trío. Estoy segura de que hoy tuve suerte.Solamente vi la toalla caer y mis ojos se deleitaron
NARRA DANKOEl esposo de Dalila gritaba de felicidad, me alegraba verlo, así pues, me hacía recordar cuando ella me enseñó la prueba de embarazo, yo recuerdo de que solté todas las carpetas que cargaba, mi pobre secretaria corrió para levantarlas antes de que yo las pisara, porque de la emoción comencé a saltar de alegría abrazando a mi esposa. Así gritaba yo, feliz de ser padre. Nunca olvidaré esa bella emoción que sentí.Mis padres se emocionaron cuando se enteraron, la adoraban. Ella seguía dando conciertos y seminarios hasta que ya el vientre estaba muy grande. En casa tocaba más el violín endulzaba con esas bellas melodías el ambiente. El día del parto yo era el más nervioso, ni cuenta me había dado de que mis padres ya habían llevado a Dalila a la clínica. El guardia más antiguo se me acercó para decir extrañado.—Señor Danko, pero ¿qué hace aquí? Su esposa ya debe estar en la clínica. ¡Sus padres se fueron con ella!Lo miré y como tarado le pregunté.—¿Está lista mi esposa? ¡Ya
NARRADOREn una celda solitaria alumbrada solamente con un foco, sentada en la cama abrazándose a sí mismo, estaba toda temblorosa sintiéndose con escalofrío y con fiebre. Adrede el Don había dejado pasar tres horas. La herida se había infectado ya, la sangre, aunque muy lentamente seguía supurando.Cuando terminó de arreglar algunos de sus negocios estaba en compañía de Mijaíl que se había dormido en uno de los sofás del despacho de Lucca. Fue a levantarlo con un beso deseoso, después salieron en un auto manejado por uno de sus hombres, dentro iban al calor del manoseo y los besos calientes.Llegaron al sitio solitario y alejado. Después entraron los dos, caminaron algunos minutos hasta llegar a la última celda. El Don metió la tarjeta para abrir la puerta, al entrar vieron el desastre de la sabana manchada de sangre y el mal olor ahí dentro. Mijaíl se tapó la nariz no así Lucca que la miró con sorna para hablar.—Mmmm, parece que te ha sentado bien esta suite de lujo.Ella apenas al
NARRA ALESSANDRODesperté en un sitio y una cama que desconocía, observe alrededor y había un hombre sentado en una silla revisando su celular, trate de hablar, sin embargo, no podía articular palabras solamente me salían balbuceos. Hasta para moverme me sentía muy pesado, empecé a quejarme y fue entonces que ese hombre se fijó en mí. Se levantó para observarme fijamente hasta que comenzó a hablar con un acento raro.—Ah, Ya despertó el dormilón. Bienvenido. La jefa no está en este momento, pero, estaba ansiosa por verte. ¡Que suerte! Esa mujer está loquita por ti.Yo lo escuchaba y a la vez no comprendía de qué o de quién estaba hablando. Solamente lo miraba y Él seguía hablando.—Yo la amo y actúa como si no le importara mis sentimientos, pero... creo que si me ama como yo a ella. Aunque supongo que se hace la desentendida por los demás, para no perder autoridad. Sí, eso creo.Quise decir algo, pero apenas me salieron algunas palabras.—N... No entien... do de quién ha... bla.—Volv
SIGUE NARRADOREn esa habitación había un ambiente tenso, Bianca miraba llena de pavor a quien fue su esposo el Don Lucca de la Rúa que la observaba con una sonrisa burlona hasta que habló.—Así que lo hiciste de nuevo. Pero, por lo que veo casi logras cumplir tu gran sueño. Aunque sigues siendo la misma persona predecible y torpe de siempre. Usaste esta casa para traerlo aquí.Comenzó a caminar de un lado a otro con calma mientras decía.—Por lo visto la promesa que hiciste fue en vano. ¿Sabías que una promesa incumplida a un Don significa la muerte?Bianca de inmediato reclamo muy nerviosa.—Pero ¿Qué te importa lo que quiera con Alessandro? Él no es nada para ti.El Don sin dejar su mirada sarcástica mencionó.—Claro que me importa. ¡Alessandro es el esposo de la sobrina del amor de mi vida! (Acarició sonriente el mentón de Mijaíl) Además de que vine a cobrar tu traición ¡No cumpliste tu promesa! Y a mí ¡Nadie me traiciona!Bianca se percató de la magnitud de su situación y trato d
NARRADORDanko y Alexander ya estaban esperando dentro del despacho, se encontraban muy impacientes. Transcurrieron quince minutos hasta que la voz de Mijaíl resonó llamando a Danko, este se asomó para avisarle que estaban ya en el despacho. Lucca ingresó primero saludándolos y resoplando de lo furioso que estaba. Detrás entro Mijaíl que cerro la puerta tras de sí. El Don habló con su semblante enojado.—¡Maldita zorra! Lo primero que le hice prometer que no hiciera y lo primero que hace es traicionar esa promesa. Ah, peor, me va a conocer. Bianca no me conoce cuando me traicionan. Va a arrepentirse por haberme traicionado. ¡No sabe lo que le espera!Alexander lo miró para hablar con tono de preocupación.—¡No quiero perder a mi hijo! ¡Esa mujer está obsesionada con Él! Pensé que ya todo había acabado y otra vez asoma esa loca. Lo tiene en sus manos.El Don recalcó muy seriamente y con voz segura.—Como le dije a Mijaíl, tengo un plan para rescatarlo sano y salvo. Solamente quería pre
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